Autores: MSc Teresa Machado Hernández
teresa@uclv.edu.cu
Lic Ariel Lemes Batista.
lemes@uclv.edu.cu
Universidad Central de las Villas. Cuba
2006
Una de las vertientes más visibles y dinámicas del proceso de desarrollo económico mundial es la actual globalización financiera y es el tema que nos convoca a este espacio de reflexión que constituye este foro internacional. Los autores de la presente ponencia exponen en la misma un conjunto de reflexiones resultantes del estudio sistemático que han hecho del mismo con el fin de preparar su Curso ya habitual de Economía Política en el tema en que se tratan la globalización y los problemas actuales del desarrollo.
En este sentido las ideas giran alrededor de que los antecedentes fundamentales de la globalización en su sentido más amplio y de la globalización financiera en concreto pueden encontrarse en la época del imperialismo y por consiguiente del capital financiero. Siendo la exportación de capitales el vehículo que extendió las relaciones capitalistas de producción, llevando adelante el proceso de internacionalización de las relaciones capitalistas, incluyendo las financieras. Este proceso demoro casi medio siglo.
Punto importante en la posguerra, fundación del FMI Y el BM en condiciones muy favorables para la democratización de las relaciones internacionales. En un momento diferente y en condiciones de profunda crisis económica en los 70, la exportación de capitales se reorienta, la IED se retira y concentra solo en países seleccionados. El FMI y el BM alejándose de sus funciones iniciales extienden las políticas neoliberales de ajuste que no solo son de ajuste financiero, sino que implican cambios esenciales en los patrones de acumulación y desarrollo.
Uno de los problemas generados en este proceso es el del endeudamiento externo de América Latina que dista de ser resultante únicamente de las políticas económicas desacertadas de los países, aun cuando estas influyeron. Las instituciones financieras actuaron a favor de los acreedores, evitaron el colapso del Sistema Financiero Internacional y facilitaron el drenaje financiero permanente de la región hacia el centro financiero del capitalismo mundial al cual ellos realmente pertenecen.
Globalización financiera. Antecedentes.
Los orígenes del actual proceso de globalización de la economía mundial están en el surgimiento propiamente de la economía mundial capitalista a finales del Siglo XIX e inicios del XX. Monopolios grandes bancos monopolistas también que sobredimensionan sus funciones para adaptarse a las nuevas exigencias del desarrollo monopolista. La exportación de capitales resultante del desarrollo del capital financiero extendió las relaciones capitalistas de producción, llevando adelante el proceso de internacionalización de las relaciones capitalistas en una evolución histórica de medio siglo.
El proceso de globalización financiera tiene sus raíces más profundas en la formación a inicios del siglo XX del sistema capitalista de economía mundial en la época del imperialismo, la formación de los monopolios bancarios y el surgimiento de capital financiero, condición indispensable para los primeros procesos de exportación de capital. Esta que tiene como forma fundamental la Inversión Extranjera directa IED, que muchas veces se asocia con ella.
La diferencia fundamental que la Economía Política le atribuye a los términos exportación de capitales e inversión extranjera no es solo técnica, ni de amplitud. El tratamiento de este rasgo del imperialismo exportación de capitales encierra el papel de la misma como partera del sistema capitalista de economía mundial, como vehículo que extendió al capitalismo por todo el globo terráqueo…. Premisa indispensable para el actual proceso de globalización de economía mundial y el despliegue de una de sus facetas: la globalización de las finanzas.
Otro momento importante para el análisis se refiere a las condiciones históricas concretas en que se crea y entra en crisis el sistema monetario internacional SMI. En la Conferencia de Bretton Woods en 1944, aquí gracias a su poderío económico Estados Unidos logra imponer al mundo un patrón internacional de cambio fijo de cambio del dólar con relación al oro. Este privilegio le aseguraría un arma (instrumento) adicional que más adelante le permitiría la maximización de la deuda, la absorción de recursos financieros y la imposición de las medidas de corte neoliberal.
Fue así como se funda el Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo financiero autónomo, independiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que actúa en calidad de "agencia especializada", conjuntamente con el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD), después de la celebración de la Conferencia de Bretton Woods (New Hampshire, Estados Unidos), cuando los representantes de 45 gobiernos acordaron establecer un marco de cooperación económica dirigido a evitar sacudidas bruscas del proceso de reproducción tales como la Gran Depresión de los años 30. Las vías para lograr estos objetivos serian la coordinación de las políticas de cambio, la búsqueda de la estabilidad macroeconómica y la disponibilidad de préstamos a corto plazo que permitieran asistir a países con desequilibrios transitorios en sus finanzas. Además el FMI se encargaría de ofrecer asesoría a bancos centrales y a los gobiernos sobre política económica, contabilidad, impuestos y otros aspectos financieros y de promover la coordinación de la política internacional esencialmente en materia financiera.
El Banco Mundial es uno de los organismos especializados de las Naciones Unidas que se forma de la unión del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y la Asociación Internacional de Fomento (AIF); la Corporación Financiera Internacional (CFI), que presta su apoyo al sector privado en los países en desarrollo; el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (OGMI) que proporciona garantías de inversión para proteger a las compañías que invierten en países de “riesgo no comercial” y el Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias de Inversión (CIADI), que proporciona servicios de conciliación y arbitraje para resolver controversias entre gobiernos e inversores extranjeros. El grupo del Banco Mundial se fundó con el fin de respaldar financieramente la reconstrucción de Europa.
En 1947, finalizada la Segunda Guerra Mundial el Fondo y el Banco pasaron a ser formalmente instituciones especializadas del sistema de las Naciones Unidas, asumiendo como propios los objetivos de plasmados en la Carta de la ONU de promover la realización de los derechos económicos, sociales y culturales y del derecho al desarrollo y de respetar, en tanto personas de derecho internacional, los derechos humanos
La economía mundial avanzó sin muchos contratiempos durante la década del 50. No obstante en la economía norteamericana se hacían sentir los sucesivos déficits de la balanza de pagos que amenazaban con un posible rompimiento de la paridad oro- dólar. El 15 de agosto de 1971 el presidente anunció un paquete de medidas tanto internas como externas, estas últimas fueron la suspensión de la convertibilidad del dólar en oro u otros activos de reserva, la imposición de un recargo del 10% a las importaciones y la reducción de un 10% de ayuda económica al exterior.
Las posibles soluciones para el déficit estructural de la balanza de pagos podían ser el control y recorte del déficit a través de un ajuste y una reducción del gasto, fundamentalmente el gasto militar que llevaba una espiral ascendente; la reducción de las importaciones y el control de la fuga de capitales. La otra solución posible era desvalorización (depreciación o devaluación) del dólar. Nixon opto por una tercera: la eliminación del obstáculo que para la geopolítica imperial significaba el patrón fijo oro –dólar.
La salida a la crisis de los años 70, la respuesta al reto que significaban el mantenimiento de la hegemonía económica política y militar ante la amenaza no solo del bloque socialista, sino de los ya recuperados bloques europeos y asiático no era viable por el camino del rompimiento de la paridad y las tasas de cambio flotantes. Los EU necesitaban responder al reto tecnológico, al reto de la nueva productividad y de la competitividad manteniendo la geopolítica imperial. En la misma resulta importante mantener el control de la moneda internacional por medio de la reapreciación del dólar.
La vía impositiva y artificial ajena a todo respeto al espíritu que inspiro la fundación del FMI fue el anuncio en el 1979 en Belgrado funcionario de la Reserva Federal de la decisión unilateral a los países miembros del aumento de la tasa de interés estadounidense, lo que provoco una valorización inmediata de esta moneda, incluyendo los títulos de deuda pública del gobierno norteamericano y un retorno de los capitales a los EU. Con esta inyección financiera la potencia, tras una corta recesión creció continuamente por seis años, mientras una parte creciente de la economía mundial se sentía los efectos negativos de la depreciación del dólar.
Como resultado de estas nuevas condiciones se rediseñan las funciones del FMI, dirigiéndose a la vigilancia y supervisión de las economías de los países miembros, la asistencia técnica en cuestiones fiscales y monetarias y asistencia financiera a países con dificultades temporales en la balanza de pagos que incluye servicios de consultoría y asesoria en materia de ajuste y reforma económica. El Banco Mundial también sufre una reorientación para atender la demanda de financiamiento concesional a mediano y largo plazo fundamentalmente para países en vías de desarrollo.
En los 70s, en condiciones de debilidad e inestabilidad del sistema monetario y financiero a nivel internacional, en medio de una profunda crisis económica cuya salida implicaba profundos cambios en los patrones de acumulación: en medio de una profunda reestructuración económica y tecnológica, la humanidad se encuentra a las puertas de una nueva etapa: la llamada globalización. Más allá del debate en torno a los inicios y la definición de la esencia del actual proceso de globalización existe cierto consenso de que es un proceso que se ha acelerado en el último cuarto del siglo XX hasta nuestros días. La globalización constituye en última instancia un proceso de ajuste de las relaciones de producción capitalistas al grado de desarrollo de las fuerzas productivas en un contexto de transformación productiva, cambio tecnológico y transnacionalización de la economía mundial. La globalización financiera es parte y resultado de la globalización productiva y la forma concreta en que las finanzas internacionales se ajustan a las exigencias de la transnacionalización de la economía mundial facilitándole el movimiento libre al capital transnacional por vía de la desregulación y la apertura de los mercados financieros.
Ahora la globalización financiera es más amplia que la productiva y comercial. Aldo Ferrer apunta
La globalización de la producción y el comercio es parcial y selectiva. En la esfera financiera, en cambio, es prácticamente total. Existe, en efecto, un mercado financiero de escala planetaria en donde el dinero circula libremente y sin restricciones. La desregulación de los movimientos de capitales y la insistencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que los países de la periferia abran sus plazas, reflejan los intereses de los operadores financieros de las economías desarrolladas y sus redes en el resto del mundo
La globalización financiera constituye un rasgo fundamental del sistema económico mundial actualmente vigente el más amplio y perceptible. Se caracteriza por un aumento sin precedentes de la movilidad del capital, su desregulación, facilitados por el desarrollo de las nuevas tecnologías de la informática y las telecomunicaciones. Gracias a este soporte tecnológico asistimos a un elevado desarrollo de la internacionalización del capital financiero que se expresa en un aumento de su movilidad, interdependencia y su funcionamiento en tiempo real.
No caben dudas de que significa un gran paso de avance ya que facilita y agiliza toda la actividad financiera, disminuye los costos y permite una rotación más rápida del capital. Sin embargo este avance significativo llega al mundo en el contexto de un sistema monetario y financiero internacional que ya mostraba limitaciones y fallas. Esto provoca que de un lado mejoren la integración y la interconexión y el volumen y la velocidad de los flujos financieros, y del otro se estimule las tendencias especulativas del capital que circula para maximizar los beneficios gracias a las diferencias de precios o evitar pérdidas.
Sin embargo este avance significativo llega al mundo en el contexto de un sistema monetario y financiero internacional que ya mostraba limitaciones y fallas. Esto provoca que de un lado mejoren la integración y la interconexión y el volumen y la velocidad de los flujos financieros, y del otro se estimule las tendencias especulativas del capital que circula para maximizar los beneficios gracias a las diferencias de precios o evitar pérdidas.
La deuda externa latinoamericana en el contexto de la globalización financiera.
EL problema de la crisis de la deuda surge en pleno despliegue de la globalización financiera asociada con la inestabilidad y volatilidad de los mercados financieros; las crisis recurrentes; la reorientación de la inversión de capitales y su refugio en llamada especulación financiera, el cambio de las funciones de las instituciones financieras internacionales del plano de la asesoría al plano de la imposición hasta el punto de condicionar los prestamos al cumplimiento de las medidas de ajuste neoliberal
Una de las consecuencias más negativas de la apreciación del dólar fue el aumento brusco y automático de la deuda nominada en dólares de América Latina. Esta consecuencia es conocida como crisis de la deuda de América Latina. El problema de la deuda externa de los países africanos y latinoamericanos preferentemente ha sido presentado como un resultado de la implementación por parte de sus gobiernos de políticas económicas desacertadas; este criterio está presente en el enfoque del BM y el FMI en sus informes de esa etapa. Está claro que este es un factor causal que estuvo presente en el momento en que se contrajo esa obligación financiera, no obstante es necesario tener en cuenta que no tiene nada que ver con la apreciación que sufrió la deuda en los primeros años de la década del 80. La deuda ya existía y se pagaba en sus plazos normales. Ahora el fenómeno conocido como crisis de la deuda surgió en los inicios de la década de los 80s, (1982 Toussaint) asociado con el comportamiento de las finanzas a nivel internacional. No es tampoco una situación única. Existe una relación entre el ciclo económico capitalista y las crisis de la deuda que han afrontado los países latinoamericanos. Según Eric Toussaint
Los países de América Latina, desde su independencia entre los años 1810-20, pasaron por cuatro crisis de la deuda. Existe un nexo entre las cuatro crisis y las ondas largas del capitalismo (…)
En dos siglos, las economías de América Latina han sido golpeadas por cuatro crisis de la deuda. La primera se declaró en 1826 y se prolongó hasta la mitad del siglo XIX. La segunda comenzó en 1876 y terminó en los primeros años del siglo XX. La tercera comenzó en 1931 y se terminó a fines de los 40. La cuarta estalla en 1982 y sigue en curso (aún cuando la forma ha evolucionado). Los orígenes de estas crisis y los momentos en los cuales han estallado están íntimamente ligados al ritmo de la economía mundial y principalmente a la de los países industrializados. (…)
La cuarta crisis de 1982 fue provocada por el efecto combinado de la segunda recesión económica mundial (1980 – 1982) después de la guerra y la alza de las tasas de interés decidida por la Reserva Federal de los Estados Unidos en 1979.”
Hasta los 70s estas crisis financieras eran manifestaciones de desequilibrios coyunturales de pagos internacionales. La cuarta crisis no, pues la subida de la tasa de interés del dólar norteamericano sería una medida permanente. Hasta el año 1977 la transferencia neta de recursos era positiva, a la región ingresaban capitales en el orden de los 20.000 millones de dólares anuales, que le permitían el cumplimiento de sus obligaciones. La consecuencia directa es la acumulación de la deuda de 40.000 millones de dólares en 1973; en 1975, 68.000 millones; sin embargo, en 1980 sobrepaso los 200.000 millones. Ya en 1990 alcanzo la cifra de 440.000 millones de dólares; y después de una desaceleración a inicios de los 90, ya en el 1996 se encontraba por encima de los 650.000 millones de dólares y en el 2004 se calcula en 762.480 millones de dólares.
La crisis de la deuda es un problema complejo que incluye el aumento de la misma por la sobre evaluación de la tasa de interés, la brusca interrupción del ingreso de capitales, y el pago de utilidades e intereses excesivos, que han convertido a la región en exportadora neta de recursos a partir del 1982.
Insistimos en la complejidad del problema porque la crisis de la deuda no debe ser entendida como una dificultad coyuntural de pagos que amenazaba con derrumbar el sistema financiero internacional, como fue entendida por los estudiosos del FMI y el BM. Constituye un problema estructural de un conjunto de economías subdesarrolladas que además de lo anterior incluye la acumulación de altos niveles de pobreza desigualdad y la imposibilidad de retomar una coherente y permanente estrategia de desarrollo por ausencia de financiamiento.
Según el enfoque de estas instituciones la causa fundamental de la crisis son las políticas económicas desacertadas de los gobiernos, por tanto propusieron para los países afectados la aplicación de las medidas de ajuste estructural como condición para el otorgamiento de nuevos préstamos. Los programas de ajuste incluyen la aplicación de severas medidas de disciplina fiscal, reorientación del gasto público, liberalización financiera y comercial, privatizaciones, estimulo a la inversión extranjera directa, etc. El propósito era sanear la economía nacional mediante el incremento de los ingresos gubernamentales en divisas gracias al aumento de las exportaciones, y la reducción del gasto público. Esto haría posible el pago de la deuda.
La aplicación del ajuste evito por esta vía el colapso sistémico mejorando la capacidad de pago de la región, con esto ha dejado de ser un problema a considerar por los organismos financieros internacionales entendiéndose por los mismos como un problema interno o en el mejor de los casos bilateral (acreedor- deudor). La solución para los mismos es posibilitar a toda costa que se pague la deuda y su propuesta consiste en la formula pagar para desarrollarse.
La acumulación de la pobreza y de los males sociales extremos mas las pandemias en África denunciadas por organismos como la UNICEF, la OIT, la OMS obligo a estos organismos a pensar en otras soluciones fundamentalmente para los países más atrasados. A partir de una recomendación del grupo de los 7 en su cita del 1995, el presidente del Banco Mundial James Wolfensohn presento la Iniciativa para el alivio de la deuda de los Países Pobres Muy Endeudados la HIPC: Heavily Indebted Poor Countries.
Esta parte de un forzado reconocimiento de un vínculo entre deuda y capacidad para el desarrollo, y consiste en rebajar la deuda a niveles “sostenibles”, la sostenibilidad se deduce de la relación entre el monto de la deuda y las exportaciones. Si el monto total o el servicio anual de la deuda superan un porcentaje establecido con relación a los ingresos por exportación, que constituyen para esos países la fuente fundamental de divisas; entonces la deuda rebasa los niveles sostenibles y se considera la reducción de su carga. Esta iniciativa aplicada con resultados muy limitados debido a que solo se extiende a 41 países, y se ha aplicado concretamente en dos; no reduce sensiblemente el monto de la deuda; ha sido muy criticado su definición de deuda sostenible y además sigue siendo muy onerosas las condiciones de un ajuste estructural de tres a seis años para acceder a una modesta reducción de la deuda. En resumen aparece una vez que los acreedores y sus representantes han garantizado por casi 2 décadas que los deudores paguen lo posible a un costo social alarmante . Aun así la deuda externa sigue aumentando.
Un documento del 25 de junio de 2001 de Jubileo Sur, una red internacional por la anulación de la deuda, dice que en 1980 los países del sur debían 567 mil millones de dólares, que desde entonces se han pagado 3 billones 450 mil millones, es decir seis veces el monto de la deuda de 1980 y que sin embargo se deben actualmente algo más de dos billones, es decir tres veces y media más que en 1980.
Entre 1980 y 2002 la deuda externa de América Latina percápita se multiplicó por 1.86. Este incremento fue menor que el de la deuda total que se multiplicó por 2,78. La situación actual desde el punto de vista financiero es que, a pesar de los esfuerzos evidentes de los países deudores, la deuda externa en la mayoría de los casos ha aumentado. Los países que han podido pagarla han sido a cuenta de un costo político y social abrumador. Los países contraen nuevas obligaciones para hacer mediante el subsidio a las exportaciones- frente al pago de intereses; en 15 años se ha acumulado una deuda social sin precedentes y se ha postergado la tarea del desarrollo.
A pesar de su defensa a ultranza de las posiciones de los acreedores, las publicaciones e informes oficiales del FMI y Banco Mundial la estadística denuncia el modesto desempeño de la región latinoamericana que después de la década perdida se recupero en la década del 90 a tasas de crecimiento de 5,3% anual, no obstante el ritmo de expansión esta por debajo de la media histórica 5,5% anual, y del nivel necesario para resolver los problemas económicos y sociales acumulados. La pobreza y la indigencia se han reducido modestamente y continúa siendo América Latina la región con la distribución del ingreso más regresiva del mundo. A fines del 2004, el saldo de la deuda externa de América Latina y el Caribe ascendió a 762.480 millones de dólares.
Aunque estas realidades demuestran los efectos negativos del ajuste neoliberal estas instituciones insisten en el mismo y lo refuerzan a través de las políticas de condicionalidad cruzada. Ambos son multilaterales por su integración y unilaterales en el proceso de toma de decisiones: pues los fallos fundamentales son el resultado del voto ponderado que depende del aporte financiero concreto de cada país.
Así, Estados Unidos tiene actualmente el 18% de los votos en el FMI, más que toda América Latina, Asia meridional y Africa Subsahariana juntas. En el Banco Mundial, el voto percápita de los ciudadanos norteamericanos equivale a 38 veces el voto de los ciudadanos chinos, y en su conjunto el G7 alcanza hasta el 45% de los votos.
El poco peso económico de los países pobres le impide influir en las decisiones fundamentales, su voz no esta presente en las "recomendaciones" y "principios directores de política que posteriormente están obligados a cumplir y sufrir. Estas instituciones actúan deliberadamente como mediadores en las contradicciones entre deudores y acreedores y; a pesar de su aparente neutralidad han desempeñado el rol de faclitadores a favor de los intereses de los usureros. En este estudio pormenorizado de Arias y Vera (2006) acerca de la teoría y la actuación del Fondo y el Banco se revela el doble rasero de sus políticas ya que al situarse por encima de los países como instancias en el ámbito mundial actúan recomendando políticas, ahora lo que para algunos son recomendaciones, para la mayoría de los países deudores son imposiciones.
Y lo que es más importante imposiciones de tal alcance que ha modificado el patrón de acumulación y desarrollo de los mismos, al obligarlos a través de las políticas de ajuste a hacer cambios estructurales a lo interno de los países. Tanto la imposición del ajuste estructural en los 80s, como las Iniciativa para el alivio de la deuda de los Países Pobres Muy Endeudados del 1996 y su variante “HIPC reforzada” del 1999 han sido impuestas como condiciones para la concesión de los prestan.
Es evidente una perdida de credibilidad en el Discurso oficial de las Instituciones financieras que han entrado en una situación de descrédito permanente, el difundido pastelazo a Michael Camdessus solo es una muestra del descontento con una institución que para recuperar su credibilidad necesita mas que un cambio de dirección y la propuesta paliativos superficiales para la solución de problemas profundos. Las denuncias de cierta complicidad con la corrupción, el apoyo financiero al régimen de apartheid en Sudáfrica, los resultados de las políticas de Ajuste y como colofón el Informe Mettzer de febrero del 2000 han socavado el prestigio de estos organismos. Existe una fuerte tendencia a la critica permanente de la acción de las mismas y a la exigencia de una reforma profunda y radical de las mismas buscando su democratización a lo interno y su actuación en conformidad con la carta de las Naciones Unidas, sobre todo en lo referente a los derechos humanos.
No obstante el enfoque del pensamiento único, no es único ni mucho menos. Del lado de los países endeudados y sus pueblos economistas e intelectuales interesados en el desarrollo proponen alternativas que van desde la reversión de las prioridades desarrollo primero, pago de la deuda segundo; hasta la cancelación parcial o total de la deuda. Se ha extendido los tratamientos del tema los criterios de deuda social y de deuda odiosa y se vincula con el problema de los derechos humanos, lo que permite una visión más integral del problema. También pueden apreciarse la presencia de iniciativas de la Sociedad Civil a nivel nacional que tratan de influir en los gobiernos de los países acreedores para que cancelen la deuda a nivel bilateral.
Esta claro que la construcción de cualquier mundo mejor posible pasara sin dudas por la refundación de las instituciones financieras internacionales y por la solución definitiva y humana al problema de la deuda externa.
Fuente: http://eumed.net/eve/resum/06-10/tmh.htm
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