SURGIMIENTO Y TENTATIVA DE DEROGACIÓN
Por Alejandra Tenaglia
Los SAMCo fueron creados por la ley provincial 6312 dictada el 2 de mayo de 1967 por el entonces gobernador de facto Eladio Modesto Vázquez, con autorización del Gobierno Nacional que se encontraba en manos del también militar Juan Carlos Onganía. De algún modo, esta ley vanguardista para aquel momento, lo que hizo fue sacarse de encima el problema referido a la salud provincial, derivándolo a las comunidades locales.
Luego, en 1991 y en consonancia con la política de privatizaciones que llevó adelante el menemismo, se dictó la ley 10.608 que contemplaba entre los recursos de los establecimientos asistenciales dependientes del Ministerio de Salud y Medio Ambiente de la provincia: las retribuciones por los servicios que se presten (art. 8º), dando así surgimiento a la autogestión hospitalaria, que no es otra cosa que, liberarse el Estado de sus obligaciones, dejándolas en manos privadas, práctica que todos recordarán estuvo muy de moda durante el gobierno de Carlos Menem. Dicha ley permite que los SAMCo se incorporen a su régimen, el cual otorgó mucho poder a los Consejos de Administración.
El actual gobernador santafesino, Hermes Binner, envió a la legislatura el año pasado un proyecto de ley de Salud Pública, en el cual se deroga la Ley SAMCo y la ley 10.608 de Hospitales de Autogestión. El Ministro de Salud, Miguel Ángel Cappiello, aseguró el 10/12/10 que esta derogación se pretende justamente para que el Estado recupere su rol. Partiendo de la premisa según la cual la salud es un derecho humano, consideran que se trata de una responsabilidad indelegable del Gobierno. El proyecto apunta a brindar un sistema gratuito e igualitario de atención primaria, con menos decisiones en manos de los Consejos de Administración, y con algunas creaciones innovadoras como es el Defensor del Enfermo, quien mediaría para que este reciba lo que necesita en tiempo y forma.
Antecedentes de descentralización hospitalaria
Los consejos de administración hospitalaria vinculantes acumulan una experiencia de más de 40 años en nuestro país. La Ley 17102 de Hospitales de Comunidad, sancionada durante la dictadura de Onganía, dio lugar a diversas adhesiones provinciales, incluida la ley 6.312 de los Samco de Santa Fe.
La concepción y herramientas en que se basan estas normas contienen algunos anacronismos como:
-el intento de desentender progresivamente al Estado de la financiación de la salud pública, lo que se agrava cuando se termina en ejecución privada de fondos públicos, sorteando mecanismos de control obvios en las instituciones del Estado (no es un Estado más eficiente, es una privatización de la gestión pública);
-atención de salud era sinónimo de hospital, por lo que descentralizar un hospital era sinónimo de participación. Hoy, la participación ciudadana debe desarrollarse con mayor amplitud;
-igual ocurre con las representaciones de los trabajadores en los Consejos, que no necesariamente representan a la población y sus necesidades, en especial a los más postergados. Sigue faltando la voz de la ciudadanía.
Aspectos de participación
En el Proyecto de Ley de Salud Pública, la cuestión de la participación está contemplada en:
-los principios del Sistema (Art. 2 e: la participación de la población y de los trabajadores en los niveles de decisión, acción y control, como medio para promover, potenciar y fortalecer las capacidades de la comunidad con respecto a su vida y su desarrollo);
-Las funciones de la autoridad de aplicación (Art. 12 h): “La promoción e impulso de la participación de la comunidad y de los trabajadores de la salud en todos los espacios de gestión”.
-La creación de los Consejos a nivel provincial regional o nodal y local (Art. 16: organismos de debate de las políticas de salud. Carácter consultivo, no vinculante, honorario, de asesoramiento y referencia para la Autoridad de Aplicación. Propone los mecanismos para la interacción de los subsectores integrantes del sistema de salud, y para la consulta y participación de las organizaciones vinculadas a la problemática sanitaria).
-“La participación de la población en las actividades de definición de necesidades a satisfacer y control de la operatoria de las redes debe promoverse a través de reuniones periódicas entre el personal de los distintos efectores de salud y ciudadanos residentes en el territorio a cargo, como un mecanismo sistemático de participación directa. (Art. 31)”.
La participación no es sinónimo de abandono del rol rector del Estado, razón por la cual el objetivo del proyecto es establecer un régimen uniforme para la organización y financiamiento de la atención integral a través de la creación de la Red Pública Provincial de Servicios de Salud (Art. 1).
Es evidente que una efectiva conducción del Estado requiere instrumentos comunes de gestión en todo su sistema. Por ese motivo se establece que la reglamentación determinará una estructura uniforme para los efectores del territorio (art. 32), lo que tendrá como consecuencia la derogación (art. 33 y 34) de las otras formas organizativas vigentes (Ley Samco 6.312 y Ley de Hospitales de Autogestión 10.608).
Con esta nueva Ley de Salud Pública asumimos nuestro compromiso como Estado y el involucramiento y la participación de la comunidad.
Fuente: http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2010/04/22/opinion/OPIN-05.html
Miguel Ángel Cappiello se refirió a las políticas en el área de salud que viene desarrollando la gestión del Frente Progresista en sus primeros tres años de gobierno. El ministro aseguró que "todo lo que nosotros planificamos, se viene ejecutando. Pero obviamente una provincia tan grande necesita mucho más tiempo que tres años para cambiar una forma de pensar la salud. Nosotros buscamos recuperar capacidad instalada, poner en valor los activos que existían y a su vez, trabajar en un modelo de salud diferente. En un sistema único integrado de salud, donde el Estado vuelva a recuperar su rol de garante del derecho y que dé accesibilidad, universalidad y equidad para todos los santafesinos".
El titular de la cartera de Salud se refirió al proyecto de ley de Salud Pública que fue enviado a la Legislatura y que deroga la Ley Samco y la ley 10.608 de Hospitales de Autogestión. "Las deroga para esto, para recuperar el rol del Estado. Esta ley tiene un mecanismo de participación absolutamente diferente. Tiene una figura muy nueva que va a estar en los grandes hospitales que es el Defensor del Ciudadano, del Enfermo, que va a permitir evitar aquellas que venimos escuchando y que todavía existen. A los internados que nos saben reclamar, el defensor les va a dar la posibilidad de que reciba lo que necesita en tiempo y forma. Buscamos una figura que permita que discuta con la dirección del hospital y con los profesionales", indicó.
"Esto es algo muy nuevo que en algunos hospitales del mundo está aplicado y creemos que va a cambiar sustancialmente los grandes hospitales" agregó Cappiello.
"En realidad los consejos de administración y los consejos ejecutivos de los Samco responden a intereses políticos o clientelismo en algunos lugares. Los consejos ejecutivos han generado un sinnúmero de juicios, de mala praxis, y que tenemos que pagar. El más resonante es un juicio en el Samco de Amstrong de mala praxis que sale dos millones de pesos. La ley dice que ellos son solidaria e ilimitadamente responsables, pero imaginemos a gente que de buena intención quiere participar, hacerle pagar un juicio de esta magnitud", precisó el ministro.
"La otra historia es la libre contratación de personal sin tener en cuenta algunos criterios interesantes que tienen las distintas leyes de la provincia, a los cuales se les pagaba menores salarios que los que paga el Estado provincial lo que llevaba a que nosotros tuviéramos que equiparar esos salarios, que no pagaban cargas ni leyes sociales y que no respondían a lógicas de funcionamiento. Eso es lo que uno ha visto, aunque también se ve en hospitales descentralizados, donde todo el recurso humano no ha respetado ninguna de las normativas vigentes de incorporación a la provincia y que después la Provincia tuvo que incorporarlos a planta permanente", manifestó.
Fuente: http://www.ceresfm.com.ar/ddigital/index.php?option=com_content&view=article&id=1431:samco-cappiello-contra-el-clientelismo&catid=54:provinciales&Itemid=152
ARTICULO 1º: Objeto. La presente ley tiene por objeto establecer un régimen uniforme para la organización y financiamiento de la atención integral e integrada de la salud en el territorio de la Provincia de Santa Fe, a través de la creación de la Red Pública Provincial de Servicios de Salud.
Estrategia de Atención Primaria de la Salud
ARTICULO 7º: Estrategia APS. La estrategia a utilizar debe ser la de Atención Primaria de la Salud (APS), que involucra a todo el sistema, independientemente del grado de complejidad de los efectores.
LA CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA DE SALUD PARA LA ARGENTINA
La experiencia de Rosario y los cambios en la Provincia de Santa Fe
Dr. Miguel Ángel Cappiello
Ministro de Salud de la Provincia de Santa Fe
Mayo 2011
Salud en el Municipio de Rosario:
Una realidad
En el año 1990, cuando el país comenzaba su aventura neoliberal, con el desmantelamiento del Estado y sus instituciones de atención a las necesidades populares, en Rosario se iniciaba un proceso inverso, dando lugar a un formidable resurgimiento de la Salud Pública, apoyado en la estrategia de Atención Primaria de la
Salud (APS) que permitió que el discurso ‘Salud para Todos’ empezara a cobrar forma en cada barrio de la ciudad; en cada barrio se creaban centros de salud o se fortalecían los existentes, se enviaba más personal (médicos generalistas, pediatras, enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales) se promovía la capacitación en servicio. Los equipos se adentraban en el barrio allí donde no había posibilidades de traslado del paciente o donde convenía concretar una entrevista en la vivienda con todo el grupo familiar. Nuestros enfermeros, médicos, trabajadores sociales, fueran conociendo barrios palmo a palmo.
El trabajo con las comunidades permitió que los trabajadores de los centros de atención primaria vivenciaran la realidad de cada lugar, lo cual es complejo en una ciudad extendida como Rosario, con muchos barrios creados a partir de la inmigración interna, con diferentes etnias, producto de la literal expulsión de las tierras históricas que sufrieron los pueblos originarios. Esa diversidad hizo que muchos de los centros comenzaran a estudiar y trabajar con ciertos recursos de la medicina tradicional, por ejemplo cultivando en un huerto anexo, algunas de las plantas que utilizan los lugareños, todo esto sin descuidar la medicación de procedencia científico-académica, cuando corresponde.
El movimiento desde un centro de salud es doble: hacia la comunidad para integrarse, comprenderla, hacerla participar, y hacia la red, para integrarse como equipo de salud, y para facilitar que la propia comunidad, en esa estructura solidaria y mancomunada, pudiera acceder al mejor nivel de atención disponible para cada problema, facilitado por vías más rápidas, aceitadas, de intercambio entre los centros y los hospitales de referencia.
Una de las actividades más importantes que se realizan en los centros de salud, es la adscripción de familias, a las cuales nos vamos a referir más adelante, porque es una estrategia que, aunque empieza por los centros de APS, impregna todo el sistema.
En los hospitales, se modificó la lógica de funcionamiento, generando internación por complejidad creciente donde no la había, reemplazando la tradicional separación de salas por especialidades, remanente de una época de trabajo individualista y centrado en los intereses de los médicos. Se transformó o se reconstruyó la estructura edilicia, se dinamizó su funcionamiento, y se comenzó a trabajar en red junto con los otros niveles del sistema.
Se redefinieron los hospitales de gran complejidad, que pasaron a funcionar casi exclusivamente como un tercer nivel de atención, tratado de concentrar las consultas y actuaciones profesionales pertinentes en el nivel barrial, es decir en los centros de APS mencionados.
En el nivel más alto de la atención se construyó un hospital de gran complejidad, especialmente aunque no exclusivo para traumatismos graves y otras urgencias: El
Nuevo Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (N-HECA). También se creó el primer centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario (CEMAR) de alta complejidad, que se construyó con una disposición planificada para resolver en forma ambulatoria casos complejos de la mayoría de las especialidades de la salud.
También en la alta complejidad debemos mencionar la habilitación del centro para transplante de médula ósea entre otros logros.
Hablamos de red de servicios, algo que no necesita demasiada explicación. Sin embargo, en los sistemas sanitarios se usa más el nombre de lo que se aplica el criterio. Red es pensar en una articulación horizontal y múltiple entre todos los efectores de un sistema de salud; es por ejemplo, que desde una consulta en un centro de atención primaria de la salud, se puede llegar hasta un transplante de órgano, todo facilitado desde la primera consulta. Y, una vez que se ha efectuado el tratamiento de mayor complejidad en cualquier lugar de la red, volverá al centro de salud para seguir su atención, con su informe, es decir la contrarreferencia.
Posiblemente éste es el concepto más profundo de lo que significa el funcionamiento de la red. Y es en base a la comunicación efectiva entre las partes, donde la misión de las autoridades del sistema es solamente haber facilitado esa comunicación, haber contribuido con directrices generales para que las articulaciones se puedan producir sin pasar necesariamente por el nivel político de decisión. El concepto de red se vincula con el desplazamiento de pacientes y de recursos de la periferia al centro y del centro a la periferia o desde cualquier punto del ‘entretejido’ a otro. A ello volveremos al referirnos a los equipos matriciales.
Queremos referirnos a un aspecto esencial en nuestra estrategia de APS: la adscripción de pacientes a equipos responsables, asumida como un nuevo contrato entre el Estado y los ciudadanos, donde se asume la responsabilidad por el cuidado de la salud, y se actúa como representante del paciente en la red de servicios. Cada persona del barrio tiene su equipo de referencia, constituido por un médico, un enfermero (aunque generalmente el enfermero es compartido por dos médicos por existir en menor número). Ese médico, ese equipo profesional, es su referente. Cada médico tiene un número de pacientes que son de su responsabilidad: debe velar incluso por situaciones de interrupción de tratamiento, de seguimiento domiciliario si es necesario. La adscripción implica efectivizar interconsultas, referencias y contrarreferencias, es decir cuando hay necesidad de consultas en otros nodos de la red, en hospitales, estudios complejos, internaciones, cuidado domiciliario, etc., con el acceso más adecuado y según las necesidades de cada ciudadano. Por ejemplo, si los sujetos asistidos en el centro de salud, necesitan ser derivados a un hospital o centro de mayor complejidad, el trámite lo realiza el mismo equipo del centro.
Hay una fuerte definición de lo que es el territorio de cada centro. El territorio es más que el área geográfica: es el espacio social de interacción posible entre un equipo de salud y la comunidad.
El concepto de clínica ampliada está fuertemente asociada al de adscripción.
Hablamos de clínica ampliada en el sentido de no limitarse al cuadro clínico del paciente, al motivo de consulta, sino permitir una mirada integral, tanto al sujeto como a su familia y su ambiente. En ese sentido es una clínica contextualizada. La clínica que pretendemos trata de resolver la mayor parte de los problemas que tiene el paciente y pueden ser resueltos a nivel del centro de salud, incluso prácticas que tradicionalmente han estado restringidas a los hospitales con mayor complejidad.
La adscripción se articula con otra estrategia importante, que es la creación de equipos matriciales en los hospitales (nivel dos o tres), que trabajan en conjunto con los centros de salud. Los equipos matriciales, constituidos por especialistas, con frecuencia se desplazan hacia los centros de APS, donde desarrollan actividades de interconsulta, docencia, etc. Cada equipo matricial está en relación con varios centros de salud. En estas ideas somos deudores del brasilero Gastâo Wagner, incorporadas con gran aprovechamiento por nuestros equipos de salud.
La práctica de los equipos de salud de APS, excede los tradicionales límites de la práctica médica. Es una producción colectiva de equipo, interdisciplinaria, participativa y sujeta al protagonismo de la comunidad, una práctica compleja para dar respuesta a problemas complejos.
Volvemos a las premisas y a la ecuación que desemboca en “un Estado que garantiza salud para todos los ciudadanos”.
Estas acciones concretas en salud muestran hasta qué punto puede llegarse desde el discurso a la acción, qué significa asegurar a cada ciudadano, en cualquier lugar del territorio, una atención oportuna (cuando él la necesita) efectiva y eficaz (que le resuelve el problema y lo hace en las mejores condiciones) eficiente (que trata de ejecutar acciones brindando el máximo de bienestar a la población haciendo un gasto que sea sostenible y justificado).
Frente a la ecuación que sostenemos y practicamos, hay otra, no siempre explicitada, pero que es la fórmula que se desprende de la lógica del mercado: Es bastante fácil de vislumbrar bajo la superficie del discurso neoliberal:
“La salud es importante” (reconocen) … “el Estado es ineficiente” (repiten incansablemente) … “el Estado debe intervenir lo menos posible” (sentencian) …
“la medicina privada es la mejor” (proclaman).
La conclusión que sacan de estas premisas es que la atención de la salud debe estar en manos privadas (por lo menos para quien puede pagarla) … a lo sumo, el Estado se encargará de los que no tienen medios para ser atendidos en la parte privada. Medicina para ricos y medicina para pobres …
Este ideario ha llevado a grandes desigualdades en el terreno de la salud pública, aún en países como Estados Unidos. Por otra parte, los grupos de interés, los grupos de presión, que en estas condiciones crecen en forma exponencial (incentivados por sus ganancias millonarias), se oponen a toda reforma que pueda significar transparencia, responsabilidad del Estado, controles, etc. No tenemos que ir muy lejos, pero si se quieren podemos pensar en EEUU donde Obama tiene muchas dificultades para dar el paso hacia una reforma inteligente de la salud. Al lado de esto,
Inglaterra, Canadá, Suecia, Brasil, ostentan sistemas de salud que son modelos, aún con sus problemas. Y ello sin hablar de Cuba, pues su excelente sistema de salud sólo puede darse en otro contexto político.
Rechazamos aquella idea, aquella sentencia fatalista o interesada que dice que
“el Estado es invariablemente ineficiente”, y hemos demostrado que en Rosario el
Estado pudo asumir su compromiso como garante del derecho a la salud de los ciudadanos. Estamos en ese camino en la provincia de Santa Fe. Y nos proponemos garantizar ese derecho a través de una reforma integral y participativa en la República Argentina.
UN ESTADO EFICIENTE
Que satisface las necesidades de los ciudadanos
Un Estado sin burocracia… para acercar las decisiones a los espacios donde se expresan los problemas en todos los órdenes.
Un Estado descentralizado ¿Cómo se logró la descentralización en Rosario y cómo se está logrando en la provincia?
Dijimos en la “Declaración de Rosario” en el 4º Congreso de Secretarios
Municipales de Salud de las Américas (año 2002), que: “la salud es un valor social fundamental, un bien público, garantizado por el
Estado como derecho universal integral y con equidad. Y tiene a la descentralización como impulsora de procesos democráticos participativos de empoderamiento de los ciudadanos y sus comunidades, desde la perspectiva de la salud como proceso y producto social que posibilite además de la atención de salud, la calidad de vida”.
“Y tiene en los gobiernos locales un espacio privilegiado de desarrollo de un nuevo contrato Estado-ciudadanos, proceso desburocratizado, democrático, con efectiva participación social y que articule los diversos sectores que contribuyen al mejoramiento de la salud y la calidad de vida”
Para que los puntos precedentes se cumplan efectivamente, se requiere que el gobierno nacional y los provinciales asuman su rol de garantes del derecho a la salud reconociendo y compensando las diferencias de los espacios locales para asegurar la equidad.
La regionalización resulta un recurso de descentralización para provocar una mayor cercanía de los gobiernos provinciales con la ciudadanía y territorios. Una nueva forma de pensar a la regionalización, debería incluir la organización de espacios territoriales comunes a los diferentes ministerios y una redefinición de funciones de los delegados regionales. Cuando se estudian la distribución de los organismos desconcentrados, se cae rápidamente en la cuenta de que cada uno aplica analógica distinta, aún dentro del mismo Estado; la consecuencia es que las ‘regiones’ de salud no coinciden con las de educación o de promoción, que la ANSES y otras obras sociales tienen una división territorial distinta. Esta dispersión dificultad enormemente la comunicación entre los distintos organismos mal ‘descentralizados’. La organización territorial abreviaría los tiempos de gestión del gobierno central y liberaría energías para la puesta en acción del plan estratégico y las políticas de aplicación universal, por ejemplo en salud.
Esta regionalización permitirá abordar la reforma sanitaria en contextos flexibles y ágiles. Sin embargo, cualquier descentralización de recursos y capacidades de decisión hacia los agentes políticos y sociales en cada territorio de ninguna manera diluirá el rol rector del Estado.
El desarrollo de la estrategia de APS permitirá la reorganización del sistema en su totalidad y la reconocemos como el nivel que garantiza el acceso equitativo, integral y universal.
Por qué sistema único
La provincia de Santa Fe se endereza, políticamente, hacia la concreción de un sistema único de salud. Un sistema único de salud de gerenciamiento público que establecerá mecanismos de coordinación con los distintos subsectores de la salud.
Que deberá garantizar la participación ciudadana en todos los niveles. Lo mismo puede considerarse, con las diferencias inherentes al nivel, como propuesta para la
Nación.
La reforma propuesta trabajará sobre dos aspectos estrechamente vinculados: el modelo de atención y el modelo de gestión.
En relación al modelo de atención reconocemos que el problema actual del sistema de servicios en la Argentina es la distribución asimétrica de necesidades y recursos.
El modelo de gestión es el instrumento que da lugar a un nuevo ordenamiento de la organización en pos de la construcción de un sistema único de salud para todos los argentinos. La idea central es cimentar un sentido compartido por los gobernantes, los trabajadores y los usuarios del sistema, cargado de valores como democracia, participación, equidad, compromiso, responsabilidad, autonomía.
Se promoverá un proceso de debate sobre la reorganización de la red con los objetivos de descentralizar, desburocratizar y fundamentalmente democratizar, dando participación a trabajadores, usuarios y organizaciones de la esfera social y política.
Este proceso no será espontáneo y será responsabilidad del gobierno su conducción, enmarcándolo en los principios básicos y las líneas directrices de la propuesta de gobierno.
Será necesario como política de Estado fortalecer el concepto de redes asistenciales. Serán los servicios de salud los que deberán velar por una atención de salud oportuna y de buena calidad a la población, lo cual incluye el desarrollo de nuevas capacidades de coordinación entre los niveles de distinta complejidad y entre los prestadores municipales, provinciales y privados.
Hoy sabemos que no podemos sostener que el Estado es el único que puede o debe velar por el interés general o que sea el único que defina lo que es público.
Estamos hablando de coincidencias que superan la antinomia Estado/sociedad o privado y público.
El Estado tiene que seguir siendo responsable de la salud, así como de la educación, pero no el único ejecutor, sí el garante. Queremos un Estado fuerte, que sepa defender con fuerza los intereses de los que tienen menos.
La tarea en salud se construye en el diálogo permanente de la comunidad, los trabajadores y los funcionarios del gobierno, en el compromiso cotidiano de luchar para transformar las condiciones que limitan la vida.
La Salud Pública es una construcción social 1. En nuestro país, hay una tradición muy importante de gestiones que han instalado el concepto de salud como derecho, y que desde el Estado han dado respuesta a muchos de los problemas de la población. Tal es el caso de Carrillo en la primera administración del justicialismo y del intento abortado de Oñativia en el gobierno de Illia, por ejemplo. Este protagonismo del
Estado – aunque muy discontinuo por factores políticos diversos – contribuyó a crear este imaginario social de que es posible que todos disfruten de salud y de una vida digna. En este sentido la ‘salud’ es un constructo, a la vez que una conquista de quienes trabajan y luchan por mejorarla. Pero como sabemos, no todos comparten
esta idea y hay fuerzas poderosas que han ido desmantelando muchas de estas conquistas, con el propósito de instalar la idea de que la salud puede ser tratada como una mercancía, como un bien de mercado, sujeta a los mecanismos ‘automáticos’ de regulación de la mano invisible.
Nosotros sostenemos que en salud, donde el ‘saber’ y el ‘poder’ (en este caso económico) están tan mal repartidos, el mercado no es transparente. No se regula automáticamente ni mucho menos se nivela a favor de los que más necesitan. Los saberes y los poderes hegemónicos sobrecargan la oferta mientras estimulan y moldean la demanda, segmentan aún más el mercado e impiden que los beneficios de la tecnología puedan ser socializados.
Desde los organismos sanitarios, nacionales e internacionales, aún frecuentemente con buenas intenciones, se suelen omitir las consecuencias que este mercado imperfecto tiene sobre la salud de los pueblos, y se ha actuado como si se pudieran ordenar o regular a través de normas centralizadas. Estas normas chocan invariablemente con las resistencias al interior del sistema, por la propia distribución asimétrica de saber y poder. La planificación normativa ha sido muy afecta a las consignas, como lo fue ‘Salud para Todos en el año 2000’ a la cual ya nos referimos.
Esa es la razón del fracaso de la planificación normativa y centralizada.
Una planificación estratégica
En nuestra ciudad, coincidente con tendencias crecientes en Latinoamérica y el mundo, estamos desarrollando planes y acciones que se rigen por otra lógica, como es la planificación estratégica. Dicho en otras palabras, hay que pensar en estrategias que permitan concretar los resultados buscados. Para nosotros, esto tiene que ver con dos vigas maestras para este pensamiento, que lo constituyen la descentralización y la participación.
Descentralización y participación social nos permitieron llevar adelante propuestas que estuvieran en sintonía con los derechos de la gente. Entonces, si el derecho a la salud está consagrado en el imaginario a partir de la revolución francesa, también nosotros conformamos propuestas que permitan que ese derecho sea realizable. Lo que vivimos en nuestra experiencia en salud pública en Rosario y actualmente en la Provincia de Santa Fe, tuvo tres bases fundamentales: la planificación estratégica, la asignación de recursos para salud; y el tiempo, que es un factor que debemos tener en cuenta ya que en general estamos acostumbrados al inmediatismo nos cuesta mucho esfuerzo, culturalmente pensar en el tiempo para la realización de los objetivos. Y esto debe ser en el largo plazo para ver los resultados de nuestro plan de salud.
Existen etapas a partir del funcionamiento de la planificación estratégica.
Evidentemente que se podrán lograr algunas etapas porque estarán otras ya funcionando. Pero no están previstas las etapas como propuesta, sino sería caer en la planificación normativa. Lo que se trata es de encontrar caminos que permitan el acceso al derecho a la salud. No se deben marcar límites.
La construcción del plan estratégico depende de la participación. Esto también se da si hay capacidad de entregar cuotas de poder a los actores sociales. Es una construcción de ida y vuelta que se hace entre una decisión política del gobierno, de ceder la capacidad de construir sin que el Estado se exceptúe de su responsabilidad.
Es una construcción que se hace en una interacción entre la Sociedad Civil y el
Estado.
Es necesario resaltar esta idea: la transferencia de capacidades a la comunidad, además del empoderamiento o el fortalecimiento de la comunidad, significa a la vez que el Ejecutivo pierde en cierta medida una cuota de poder. Pero es necesario que pierda ese poder. Porque gana otro poder. Que podría pensarse como lo que otorga la respetabilidad del poder descentralizado. Es decir, hay un reconocimiento de los sectores que asumen ese poder descentralizado. Se gana en legitimidad, en el marco de una democracia. La descentralización, en esencia otorga poder. Con todo lo difícil que significa la connotación de este término. Pero prueba de ello el ejemplo notorio del
Plan Estratégico de la Provincia de Santa Fe, construido en las asambleas ciudadanas en los cinco nodos regionales con más de doscientos proyectos, muchos de ellos de salud.
Nuestra meta es lograr que en la regionalización y articulación de cada región se construya una sola provincia. Es una aparente paradoja: el poder central y único que existía, lejos de unificar, quedaba lejos de las necesidades, no las conocía, llegaba tarde. Las regiones, bien articuladas, a través de una gestión participativa y horizontalizada, están logrando que la provincia se integre.
Antes que las viejas leyes – que trataban de integrar lo nacional con lo provincial y lo municipal - lo que hoy se necesita es pensar en una red solidaria de atención a la salud, en donde también por un sistema de referencia y contrarreferencia hay que darle capacidad de resolución a las localidades que tienen los problemas. Buscar alternativas que permitan darle la mejor atención posible en su lugar de origen. Esto, significa una respuesta real al ciudadano en su lugar de origen; un plus es que, además, resulta mucho más económico.
Frente a la actual fragmentación e inequidad en términos del acceso a la salud, el proyecto propone conformar un Sistema Único de Salud para todo el territorio de la provincia de Santa Fe. El Sistema Único de Salud debe garantizar el principio de salud universal, y generar y facilitar -con profesionalismo, calidad, equidad y alto sentido humano- las acciones encaminadas a satisfacer las necesidades de salud de los santafesinos y santafesinas.
De esta manera, un Sistema Único de Salud, de gerenciamiento público, establecerá mecanismos de coordinación con los distintos subsectores, y garantizará la participación ciudadana en todos los niveles. Esto no responderá a un esquema previo, sino a un modo de pensar y construir entre todos. El
Sistema estará sostenido en valores no negociables, y orientado por directrices coherentes con esos principios: la equidad, la participación social, la eficiencia, la descentralización, la integralidad, y la atención solidaria.
En el marco del Sistema Único de Salud con cobertura universal –uno de los principales elementos para la igualdad de oportunidades- las familias, las personas y las comunidades vivirán en un territorio sanitariamente protegido, y tendrán acceso a una atención de salud oportuna, equitativa, de calidad y gratuita.
Una meta poblacional a cumplir es el mantenimiento de la adscripción de familias y personas a equipos de referencia de salud, garantizando en toda la extensión del territorio santafesino un médico y un enfermero cada 1000 habitantes.
La infraestructura prevista para cumplimentar este sistema en el corto y mediano plazo incluye la construcción de ocho nuevos hospitales, la culminación de obras ya comenzadas, la apertura de un centro de atención médica ambulatoria en la ciudad de Santa Fe (CEMAFE), y la creación de 80 centros de atención de salud de diversa complejidad en todo el territorio de la provincia. Asimismo, se incluye el equipamiento específico, la tecnología de avanzada y los recursos humanos preparados que requiere el trabajo en esta nueva forma de entender el sistema de salud.
Se contempla también la profundización de la estrategia de producción de medicamentos a través de los laboratorios públicos. Está planificada la actualización tecnológica y el crecimiento de la producción de medicamentos, tanto en el Laboratorio de Especialidades Medicinales de Rosario (LEM) como en el Laboratorio Industrial Farmacéutico de Santa Fe (LIF).
En el mismo sentido, la conformación de un Sistema Integrado de Emergencia
Sanitaria (SIES) consolidado en toda la provincia, garantizará el acceso a todos los santafesinos y santafesinas a la protección inmediata de su salud. El SIES contempla la implementación de una red sanitaria integrada, que dará respuesta eficiente a las actuales necesidades en los procesos de atención a las emergencias médicas, y a la derivación de pacientes en todo el territorio. Mediante la correcta utilización de políticas y tecnologías disponibles, se minimizarán los tiempos de respuesta en el servicio público de ambulancias de emergencia, y reducirá la espera de los pacientes que necesitan ser derivados a distintos efectores de la salud. Se constituirán cinco Centrales Regionales de Emergencias, que recibirán la demanda (servicios en vía pública y domicilios), y las solicitudes de derivación/remisión de pacientes por parte de los efectores. Cada una de estas centrales estará en continua comunicación con la Dirección Provincial de
Emergencias y entre ellas, activándose la red en caso de catástrofes y toda otra situación que lo amerite. Asimismo, cada Central Regional estará equipada con móviles adecuados para la tarea, los cuales se adecuarán a las diversas realidades territoriales (ambulancias, lanchas sanitarias, helicóptero, etc.)
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