viernes, 8 de abril de 2011

SAN PATRICIO, programa Nº 46 del 18 de marzo de 2011

San Patricio (latín: Patricius) fue un misionero cristiano y es conocido como el santo patrono de Irlanda, junto a Santa Brígida y San Columba, fue un predicador y religioso de Britania, tradicionalmente considerado el introductor de la religión cristiana en la isla.
En España es patrón de la ciudad de Murcia y su antiguo Reino, debido a que la reconquista de estos territorios se produjo el día de la festividad del santo del año 1452, tras la victoria obtenida por las tropas cristianas de Juan II de Castilla en la Batalla de los Alporchones (Lorca). También es patrón de la localidad granadina de Albuñol debido a que, según la tradición, apareció una imagen del santo en la playa proveniente de los restos de un naufragio de un barco irlandés.
Patricio nació con el nombre de Maewyn alrededor del año 387 en Bennhaven Taberniae, en la actual Escocia [cita requerida]. Era hijo de un oficial romano, cuya religión era el cristianismo [cita requerida]. A los 16 años cayó prisionero de piratas irlandeses y fue vendido como esclavo. Tras varios intentos, logró huir y se convirtió en predicador del Evangelio en Irlanda, isla que en esos tiempos se encontraba dividida en numerosos clanes sometidos a la poderosa autoridad de los druidas (clase social elevada de la sociedad celta).
Se adaptó muy bien a las condiciones sociales del lugar, formando un clero local y varias comunidades cristianas, respetando las tradiciones y costumbres propias de sus habitantes. Se le conoce como el Apóstol de Irlanda, donde murió hacia el año 461 causa de su vejez.
Una tradición irlandesa le atribuye la hazaña de haber librado la isla de serpientes. Actualmente, Irlanda es la única región de las Islas Británicas que no posee ofidios silvestres, debido a su separación de Gran Bretaña poco después de finalizar la última glaciación.
Su fiesta se celebra el día 17 de marzo. La Fiesta de San Patricio es muy celebrada en Irlanda, de donde es patrón, y sobre todo en Estados Unidos. Cada 17 de marzo se organiza en Nueva York un gran desfile por la Quinta Avenida en la que participan multitud de personas vestidas de verde.
Patricio tuvo que explicar una vez lo que era la Santísima Trinidad. Para que todos lo entendieran utilizó un trébol como muestra, explicando que la Santísima Trinidad, al igual que el trébol, era una misma unidad pero con tres personas diferentes (una misma hoja con tres foliolos).
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Patricio_de_Irlanda
San Patricio fue un misionero y predicador cristiano. Se le considera el introductor de la religión católica en Gran Bretaña. Es el patrono de Irlanda, junto con Santa Brígida y San Columba. Vivió entre los años 385 y 461, aproximadamente.
Nació en lo que hoy en día es Escocia en el seno de una familia católica. A sus 16 años cayó en las manos de unos piratas irlandeses que lo vendieron como prisionero. Estando cautivo en Irlanda, debió dedicarse al cuidado de ovejas.
Luego de varios intentos logró escapar gracias a la inspiración divina que recibió por medio de un sueño. Partió en barco a Francia donde, se presume, estuvo cerca de 20 años. Fue allá donde fue ordenado sacerdote. Se cree que visitó Roma y que habría sido el papa Celestino I quien le habría solicitado que regresara a Irlanda.
Ya de regreso, como obispo, se dedicó a proclamar el Evangelio. Era un gran predicador ya que hablaba con un leguaje sencillo y directo. Por ejemplo, para explicar el misterio de la Santísima Trinidad hacía una analogía con las hojas de un trébol, símbolo que actualmente es muy común entre los irlandeses.
En su labor, se encontró con un grupo opositor: los druidas. Ellos eran una clase social elevada que representaban a los dioses paganos. Otro sector con el que tuvo problemas fueron los herejes pelagianos (perteneciente o relativo a la doctrina o secta de este, heresiarca del siglo V, cuyo error fundamental consistía en negar que el pecado de Adán se hubiese transmitido a su descendencia). que llegaron al extremo de calumniarlo.
En reiteradas oportunidades intentaron matarlo, sin embargo siempre logró escapar airoso de los peligros. Esto, él se lo atribuía a una intervención milagrosa.
A pesar de todas las cortapisas, San Patricio no cesó en su labor evangelizadora. Construyó una serie de abadías en Irlanda, las cuales fueron originaron ciudades a su alrededor.
La fiesta en honor a San Patricio se celebra el día 17 de marzo, en Irlanda y Estados Unidos, especialmente. Para la ocasión, en la Quinta Avenida neoyorkina se realiza un desfile en el que la calle se llena de gente vestida de verde. Por su parte, las ciudades irlandesas se tiñen del mismo color y los tréboles se ven por todas partes, se bebe mucha cerveza y se celebra por cinco días.
Fuente: http://www.misrespuestas.com/quien-fue-san-patricio.html
3er Desfile de San Patricio en Buenos Aires
Asociación Argentina Irlandesa de Capital Federal

(17 de marzo)

Se realizará este año el “3er Desfile de San Patricio”, como ocurre en otras capitales del mundo.

El mismo es organizado por la Asociación Argentino Irlandesa “Almirante Brown”, el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires y auspiciado por la Embajada de Irlanda.

El desfile saldrá de Arroyo y Suipacha el 17 de marzo a las 18.45hs para terminar en la Plaza San Martín con un show de música (Mac Manus) y danzas irlandesas (grupos Celtic Argentina y Emeraldance).

Este año ha sido especialmente invitado Mauricio Macri, Jefe de Gobierno de la ciudad y ex alumno de los Hermano Irlandeses del Colegio Cardenal Newman.

Se convoca por este medio al concurso de disfraces de “leprechauns” (gnomos) y “fairies” (hadas), categoría adultos y niños.

La consigna es tener alguna prenda o distintivo verde. Se invita a las Asociaciones, Colegios y al público en general a participar.

El desfile no se suspende por lluvia, el show sí por ser en espacio abierto.

Para mayor información contactar a asoargirl@yahoo.com.ar o al 4953 3562. Sra. Inés Deane.

Más información.
1) San Patricio es el patrono de Irlanda, de los irlandeses y de sus descendientes dispersos por el mundo. Por él, los pueblos celtas terminaron convirtiéndose al cristianismo. Fue un hombre justo, un buen compañero y por su honestidad aquel pueblo terminó recibiendo su mensaje y su propuesta de conversión;
2) Los emigrantes irlandeses llevaron su religión y sus costumbres a los distintos países donde fueron, siempre logrando una buena interacción con el medio de destino. Nunca les faltó la imagen de su santo patrono y es por ello que en las principales capitales del mundo se celebra con mucha emoción esta fiesta del 17 de marzo;
3) En Argentina hay una colectividad irlandesa numerosa (evaluada en las 300.000 personas) que celebra todos los 17 de marzo una misa, y un posterior encuentro con música típica y danzas;
4) También se ha popularizado en estos últimos años, celebraciones de gente de distintas nacionalidades y edades en la zona de los pubs de Retiro;
5) la Asociación Argentino Irlandesa “Almirante Brown” de Capital Federal anhela repetir el éxito del primer desfile realizado en los dos últimos años, con el prestigio que éste dará a la ciudad de Buenos Aires, y paralelamente realzar los valores de la comunidad irlandesa en Argentina.

Asociación Argentino Irlandesa de Capital Federal “Almirante Brown”
www.asociacionirlandesa.com.ar / Email asoargirl@yahoo.com.ar
En Facebook Asociacion Argentina Irlandesa
Fuente: http://colectividadesar.blog.arnet.com.ar/archive/2011/03/07/3er-desfile-de-san-patricio-en-buenos-aires.html

Primer Almirante de nuestra fuerza naval, primero en la cronología y en el prestigio, Guillermo Brown consagró su vida al servicio de su patria de adopción. Había nacido en Foxford, Irlanda, el 22 de junio de 1777.

De familia profundamente católica, de niño fue llevado por su padre a los Estados Unidos de Norteamérica, donde al entrar a la adolescencia quedó huérfano, embarcándose entonces como grumete en un barco norteamericano.

Durante diez años navegó Guillermo Brown por las aguas del Atlántico y en dura escuela adquirió esa admirable pericia, cualidad descollante de su personalidad de marino. Había alcanzado matrícula de capitán cuando en 1796 fue apresado por un buque inglés y obligado a prestar allí servicios. Esa nave inglesa fue luego apresada por un navío francés y conducido prisionero de guerra a Francia, de donde logró fugarse.

Al regresar a Inglaterra reanudó su carrera marítima y el 29 de julio de 1809 contrajo enlace con Elizabeth Chitty, en el condado de Middlessex. Finalizaba ese mismo año cuando Brown llegó al Río de la Plata a bordo del "Belmond" y se radicó en Montevideo para dedicarse al comercio.

El 18 de abril de 1810 con la fragata "Jane", de su propiedad, arribó a Buenos Aires en gestión comercial y permaneció dos meses en la entonces capital del Virreinato, siendo testigo de la gloriosa semana de Mayo.

Años después, en la Banda Oriental dominada por los marinos realistas, Brown luchó contra ellos. Apresó la goleta "Nuestra Señora del Carmen" y la balandra "San Juan de Ánimas"; intentó abordar con un bote y veinte marineros al bergantín de guerra "Cisne", y transportó también armas, víveres y oficios del gobierno de Buenos Aires a los patriotas de la Banda Oriental.
El 1º de marzo de 1815 Posadas firmó el decreto por el que era designado Guillermo Brown, Teniente Coronel y Jefe de la Escuadra. Aquel momento señalaba una hora decisiva en el glorioso destino de la marina de guerra argentina y de quien sería entonces y para siempre su Almirante inmortal.

Martín García, la isla que estaba en poder de los realistas, fue bautismo de fuego para nuestra fuerza naval. El 11 de marzo de 1814 Brown inicia un ataque que es rechazado y vuelve a reanudarlo el día 15, culminando la acción con la toma de la isla.
Las fuerzas realistas que mandaba el Capitán de Navío Jacinto de Romarate se retiran aguas arriba del Río Uruguay derrotando en el Combate de la China a una pequeña fuerza naval que Brown había mandado en su persecución, acción que tuvo lugar el 28 de marzo de 1814 y en la cual halló heroica muerte el Teniente de Marina Miguel Samuel Spiro.

El genio estratégico de Brown vislumbra que una acción naval contra Montevideo puede producir la rendición de esta plaza que resistía desde casi cuatro años el sitio de las fuerzas terrestres de Buenos Aires. Insiste Brown ante Posadas y el Consejo de Estado sobre la necesaria urgencia de iniciar acciones navales contra Montevideo y logra imponer su criterio.

El 14 de Abril de 1814 zarpa de Buenos Aires la fuerza naval al mando de Brown, que iza su insignia en la fragata "Hércules", y el pueblo de Buenos Aires contempla alborozado su partida.

El triunfo de Brown el 17 de mayo de 1914 en el combate de Montevideo trajo aparejada la caída de Montevideo en poder de las fuerzas sitiadoras, hecho que se produce el 23 de junio de 1814. Según San Martín la victoria de Brown en aguas de aquella plaza era "lo más importante hecho por la revolución americana hasta el momento".

Terminada la campaña de 1814 emprendió Brown con la fragata "Hércules" que le fuera donada por el gobierno, un crucero por aguas de Chile, Perú, Ecuador y Colombia, que inicia a fines de 1815 y abarca hasta mediados de 1816. Llevó las ideas de libertad de la Revolución de Mayo hasta aquellas regiones y fue precursor de la gesta libertadora que llevaría a cabo San Martín.
Cuando regresó a Buenos Aires, no quiso tomar parte en conflictos internos y se retiró a su hogar, dedicándose al comercio.

Corría el año 1825, el Imperio del Brasil, que entonces ocupaba parte del Uruguay, alegando que las Provincias Unidas del Río de la Plata habían apoyado la expedición de los treinta y tres orientales y alentaban a los uruguayos a liberarse de la ocupación brasileña, le declara el 10 de diciembre de ese año la guerra a nuestro país. El 21 de diciembre de 1825 una escuadra imperial al mando del Vicealmirante Rodrigo José Ferreyra de Lobo bloqueó Buenos Aires.

Entonces el gobierno llamó al Almirante y el 12 de enero de 1826 le confirió, con el grado de Coronel Mayor, el mando de la Escuadra integrada por muy escasas fuerzas: los bergantines "General Balcarce" y "General Belgrano" y una vieja lancha cañonera, la "Correntina".

Demostró entonces Brown otra faceta brillante de su capacidad: la organización; 12 lanchas cañoneras fueron inmediatamente incorporadas y al poco tiempo se incrementó el número de buques mediante la adquisición de la fragata "25 de Mayo"; los bergantines "Congreso Nacional" y "República Argentina" y las goletas "Sarandí" y "Pepa". El Almirante izó su insignia en la fragata "25 de Mayo".

Las primeras acciones contra la flota brasileña tuvieron lugar el 9 de febrero de 1826. Durante el combate la fragata "Itaparica" buque insignia del almirante brasileño sufrió graves averías y muchas pérdidas de tripulantes.

El 11 de junio de 1826 una poderosa fuerza brasileña se presentó ante Buenos Aires, integrada por 31 barcos. Brown sólo disponía de 4 buques y 7 cañoneras, y dirigiéndose a sus tripulantes los arengó con estas palabras: "Marinos y soldados de la República: ¿Veis esa gran montaña flotante? ¡Son los 31 buques enemigos! Pero no creáis que vuestro general abriga el menor recelo, pues no duda de vuestro valor y espera que imitaréis a la "25 de Mayo" que será echada a pique antes que rendida.

Camaradas: confianza en la victoria, disciplina y tres vivas a la Patria!"

Momentos después la nave capitana de Brown dio aquella consigna inmortal: "Fuego rasante, que el pueblo nos contempla". Después de un intercambio de metrallas, las naves brasileras se dieron cuenta del riesgo de quedar varadas y se retiraron de la escena. Brown ese día recibió del pueblo de Buenos Aires las pruebas más exaltadas de admiración y gratitud.

El Almirante Brown derrochó coraje y audacia sin límites en el combate de Quilmes, librado el 30 de julio de 1826. A bordo de la fragata "25 de Mayo", cuyo Comandante era el Coronel de Marina Tomás Espora, y apoyado por Leonardo Rosales con su goleta "Río de la Plata", combatió contra veinte naves enemigas. El buque de Brown soportó un intenso cañoneo se vio obligado a abandonar la "25 de Mayo" la cual fue remolcada a Buenos Aires, continuando la batalla a bordo del bergantín "República". Ante el temor de quedar varadas las naves brasileñas se retiraron nuevamente y la escuadra de Brown empavesada como en días de gala llegó al puerto. Es en este enfrentamiento cuando el almirante inmortaliza otra frase para la Historia: "Es preferible irse a pique antes que rendir el pabellón".

En febrero de 1827, los patriotas se enfrentaron en el combate de El Juncal. Esta acción naval terminó con una derrota de las fuerzas brasileñas y en ella tuvieron actuación destacadísima el comandante del bergantín "General Balcarce", Francisco José Seguí, y el comandante de la goleta "Maldonado", Francisco Drummond. Durante ese combate fueron apresados doce buques brasileños, tres fueron incendiados y únicamente dos pudieron escapar.

Los bergantines "República", "Independencia" y "Congreso" y la goleta "Sarandi" zarparon del fondeadero de Los Pozos con el objeto de realizar un crucero sobre las costas brasileñas. Navegaban a la altura de la Ensenada cuando debido a un error del piloto los buques encallaron en la punta del banco de Monte Santiago. En esa situación fueron sorprendidos por fuerzas navales brasileñas muy superiores y durante el 7 y 8 de abril de 1827 debieron soportar un infernal fuego del enemigo. Las naves patriotas causan graves averías en los buques enemigos y resisten hasta que en algunas se carece de municiones. Drummond que era comandante del "Independencia" cae herido mortalmente cuando se dirigía en busca de municiones.

Antes de permitir que la "República" e "Independencia" sean apresadas por el enemigo, Brown ordenó incendiarlas luego de pasar a sus tripulaciones a los otros dos buques, y emprendió el regreso a Buenos Aires.

En el mes de agosto de 1828 finalizó la guerra contra el Brasil y entonces Brown se retiró a la vida privada no queriendo tomar parte en la lucha que durante más de veinte años librarían unitarios y federales. Esa era su intención pero el bloqueo a que es sometido Buenos Aires por parte de las fuerzas inglesas y francesas cuyo comienzo data desde el año 1838 hace que el viejo Almirante vuelva al servicio activo.

Brown bloqueó a Montevideo burlando la flota inglesa; causó derrota tras derrota a las naves del Uruguay que presidía Rivera que había abierto hostilidades contra Rosas. El 15 de agosto de 1842 en aguas del Río Paraná en Costa Brava, derrotó a una fuerza naval riverista que era comandada por el héroe italiano José Garibaldi. "Déjenlo escapar, ese gringo es un valiente" es la orden que Brown imparte a sus subordinados cuando pretendían perseguirlo para ultimarlo.

Producida la caída del régimen que encabezaba Rosas, muchos marinos fueron eliminados del escalafón activo de la Armada, pero no el Comandante de la Escuadra de la Confederación. Por el contrario, el Ministro de Guerra y Marina le cursa al Almirante Brown una comunicación manifestando: "El Gobierno con esa medida ha consultado la decidida predilección a que V.E. tiene títulos por sus viejos y leales servicios a la República Argentina en las más solemnes épocas de su carrera".

El 3 de marzo de 1857 falleció el Almirante Brown y el gobierno decretó honras al ilustre marino que, como decían los considerandos de la resolución oficial "simboliza las glorias navales de la República Argentina y cuya vida ha estado consagrada constantemente al servicio público en las guerras nacionales que ha sostenido nuestra Patria desde la época de la Independencia".

El General Mitre en ocasión de despedir los despojos mortales, dijo de Brown: "Brown en la vida, de pie sobre la popa de su bajel, valía para nosotros por toda una flota".

Seis buques de la Armada Argentina llevaron su nombre: Goleta (1826), Vapor de Guerra "General Brown" (1867-Primer Buque Escuela), Acorazado (1880), Crucero (1931), Destructor (1961), Destructor (1983).

Fuente: http://www.ara.mil.ar/pag.asp?idItem=45

IRLANDA
Isla ubicada al extremo noroeste del continente europeo, separada al este de Inglaterra por el mar de Irlanda, el que tiene desde 11 hasta 120 millas de ancho. La superficie total de la isla es de 84.421 Km2, su largo máximo es de 275 Km de Este a Oeste y su costa tiene una longitud total de 3.171 Km, y está compuesta de 4 Provincias las que poseen 32 Condados en total, su Capital es Dublín y su moneda es la Lira Irlandesa.
Su bandera es tricolor, de forma rectangular, y en forma vertical a partir del asta, los colores son verde, blanco y naranja, su emblema es el arpa dorada con cuerdas plateadas enmarcado sobre un campo azul. El símbolo más destacado es el trébol, por cubrir sus campos, y su verde dio en llamarla a la isla, la Verde Irlanda, como así también la verde esmeralda.
Los primeros pobladores de Irlanda, eran cazadores que llegaron a Antrim después de la era glacial. El primer conocimiento que se tiene de su existencia, es alrededor del año 7.000 a.C. y aparentemente vivieron sobre las costas del mar y ríos.
El cristianismo se introduce en Irlanda en el siglo V y tomó mayor fuerza a mitad de siglo por la labor desarrollada por SAN PATRICIO (hoy patrono de este país), quien apoyado por otros misioneros evangeliza desde el Norte hasta el Sur. En agradecimiento a este Santo el 17 de Marzo de cada año se conmemora la fecha Nacional más importante.
En el año 1170, Enrique II de Inglaterra introduce grupos Normandos que invaden la isla y recurriendo a la violencia se apropian de las tierras, las que le son entregadas a los protestantes.
En el siglo XIX, al malograrse la cosecha de papas, se produce la mayor emigración por este hecho y por la persecución inglesa que costo muchas vidas, las que sumadas redujeron a la mitad la población de Irlanda. A consecuencia de la emigración masiva muchos llegaron a esta tierra y otros lo hicieron en la época de la colonia, los que participaron activamente en las luchas por la Independencia de la República Argentina, destacándose entre ellos el Almirante Guillermo Brown.
Los Irlandeses fueron y son agradecidos a los pueblos que los cobija y sus huellas quedan firmes en todos los terrenos como, Bernard Shaw ( Premio Nobel en Literatura en el año 1925), hasta guerreros como O´ Higgins en Chile, Washington en los estados Unidos y el Almirante Guillermo Brown en la Argentina.
La mayoría de los irlandeses se instalan en el Oeste de la Provincia de Buenos Aires dedicándose principalmente a la ganadería.
La Colectividad Irlandesa fue a fines del siglo pasado y principio de este una de las más numerosas en la Ciudad de Berisso.

Fuente: http://www.aeeberisso.com.ar/irlandesa/index.htm

La comunidad argentino-irlandesa
La migración irlandesa hacia el Río de la Plata, comenzó lentamente bajo el dominio hispánico, se nutrió del número de irlandeses llegados con las Invasiones Inglesas de 1806 y 1907, y tomó un leve impulso con el arribo de guerreros, comerciantes y de los pioneros que venían a dedicarse al campo con medios propios al amparo del Tratado de Amistad, Navegación y Comercio entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Gobierno de Gran Bretaña e Irlanda firmado en 1825. Las tareas principales fueron la industria de los saladeros y la cría de ovejas. La segunda y principal faz de la llegada a estas tierras, fue causada por la hambruna de 1845/49 que, además de producir un millón de muertos en una población de ocho millones y medio, expulsó a la mayoría de los sobrevivientes hacia otros destinos. La Argentina estaba ávida de recibir inmigrantes para poblar un país inmenso, en gran parte casi inhabitado, dándole la bienvenida a los que arribaban, tal como luego diría la Constitución de 1853 en su art. 20, confiriéndoles iguales derechos a los de los nacidos en el país. La historia nos dice que la fuerza de los lazos que unieron a la comunidad argentino-irlandesa fue el resultado del esfuerzo mancomunado de esta segunda ola que vino desde una Irlanda devastada a este su nuevo hogar. Y la prueba de la durabilidad de esas influencias la da el hecho de que a más de 125 años desde el último arribo a la Argentina de nuestros antepasados irlandeses, todavía se ven tantas pruebas de lo importante que fue la influencia de esa inmigración. Casualmente, los cada vez más frecuentes visitantes al país desde Irlanda, quedan particularmente sorprendidos por la forma en que se han mantenido las tradiciones.Estudiando un poco más a fondo las razones, vemos que la principal influencia inicial fue la de los capellanes irlandeses, que en gran número llegaron para atender a su grey, e hicieron todo lo posible para mantenerla unida, y junto a otros educadores fundaron colegios, muchos de ellos con alumnos pupilos, en los cuales se instruía en forma bilingüe, pero atendiendo sólidamente a la cultura y tradiciones irlandesas. También los capellanes emprendían los circuitos del campo, misionando hacia casas o estancias, haciéndose cargo de bautizar, casar y luego sepultar cristianamente a su gente. Como los casamientos eran generalmente entre miembros de la comunidad, esto facilitaba el mantener las tradiciones y costumbres. Cada Sociedad se dedicaba a su particular objetivo, pero, siguiendo una sugerencia del Representante de Irlanda, Sr. Timothy Horan, hecha en su despedida en Febrero de 1959, se llegó a la formación de la Federación de Sociedades Argentino Irlandesas, en una reunión del 1 de Septiembre de 1961, propuesta por la Asociación Católica Irlandesa. Las veintidós Asociaciones fundadoras ocupaban el más amplio espectro y el esquema propuesto era que la presidencia fuera en cierta forma rotativa de acuerdo a la fecha de fundación de cada asociación. La acción debía encaminarse a facilitar la interacción entre las asociaciones, la ayuda mutua cuando fuera necesaria y la representación de la Comunidad en todos los eventos y funciones que le atañen, coordinando la celebración de aquellos para evitar superposiciones. El Consejo Directivo debía accionar para cumplir con tales objetivos. Para ilustrar mejor el espíritu de los fundadores, repetimos, del editorial del The Southern Cross de Septiembre 8, 1961, “Nuestras Asociaciones han madurado, no tenemos más esos ridículos altercados por trivialidades entre grupos irlandeses que antes se producían. Las personas que se sentaron a la mesa trabajaron seriamente, con calma y realismo. La fácil aprobación de los Estatutos es una prueba de ello”.A un esquema muy estudiado, elaborado por los directivos de las Instituciones fundadoras, se le fueron alterando poco a poco algunos aspectos que hacían a la esencia del mismo, y en lugar de puestos rotativos se fue derivando a listas alternativas de candidatos con lo cual se viró hacia la diversidad en lugar de la unión buscada. Finalmente, este año apareció una lista, que mencionaba el aval de 28 entidades, que una vez pasada en limpio se constató que en la misma no incluía ningún representante de las veintidós entidades fundadoras, dando por tierra con las motivaciones fundacionales. Totalmente un despropósito. No parece beneficioso tampoco el sistema instaurado de mayorías y minorías que en lugar de fomentar el consenso tiende a la desunión, a la par que permite que tres candidatos con 17% de los votos reemplacen a otros que fueron votados por el 83% con una evidente falta de proporcionalidad de representación.. De cara a un 2007 que incluirá, aparte de la Peregrinación a Luján, la conmemoración del 150 aniversario del fallecimiento del Almirante Brown, creemos conveniente sugerir que se convoque especialmente a instituciones de probada capacidad organizativa, como el Fahy Club y el Centro San Columbano para colaborar con el Consejo Directivo. Para el futuro, quizás el mejor tributo que les podríamos hacer a los asambleístas del año 1961 sería retomar firmemente la senda que asegure que la Federación ejercerá su función coordinadora como mandataria de las Instituciones soberanas de las cuales emerge, promoviendo que ya sea en comisiones o subcomisiones (deportivas, educacionales, regionales o sociales) se incluya de alguna forma a todas las instituciones de la comunidad.
Fuente: http://www.tsc.com.ar/notacomp.php?id=456
LA VIDA DEL PADRE FAHY
El padre Antonio Domingo Fahy (Anthony Dominic Fahy), nació en la ciudad de Loughrea Condado de Galway Irlanda, el 11 de Enero de 1805. Ingresó en la Orden de Predicadores y recibió los hábitos el 4 de Agosto de 1828, tomando como nombre religioso Dominic. Siguió sus estudios eclesiásticos en el Convento de San Clemente en Roma, donde recibió la ordenación sacerdotal en 1831.. Habiendo terminado sus estudios teológicos, parte en 1834 hacia América del Norte, donde los dominicos se habían encargado de la dirección espiritual de una vasta región de Kentucky y Ohio. Allí como misionero se formó el padre Fahy para la vida pastoral.
En 1836 sus superiores lo trasladan nuevamente a Irlanda., donde se desempeña en varios cargos.

En época de la colonia, regían disposiciones legales que impedían a los no españoles establecerse en el Río de la Plata, sin embargo un número de irlandeses lo consiguieron y se afincaron en Buenos Aires y Montevideo; muchos vinieron desde España hasta donde habían huido desde Irlanda perseguidos por su religión; otros tantos formaban parte de las fuerzas armadas inglesas que decidieron radicarse en estas tierras, en especial durante las invasiones inglesas. Cuando los gobiernos patrios derogaron esta prohibición, comenzaron a llegar inmigrantes directamente desde Irlanda.
El historiador Murray, calcula que en 1824 había una colonia de 500 irlandeses, y que para 1832, ya contaba con 2500 miembros.

Los inmigrantes irlandeses, provenientes de un pueblo profundamente católico, aunque compartían la religión oficial de estas tierras, les era difícil establecer la misma relación con el clero local que la que estaban acostumbrados en su tierra natal. El obstáculo principal era la diferencia de idioma.
A partir de 1827, la colectividad irlandesa se había dirigido al Arzobispo de Dublin para reclamar la presencia de un capellán en Buenos Aires para atenderlos. Así llegaron primero el padre jesuita Moran en 1829, quien fallece un año después, y luego es enviado el padre Patricio O'Gorman, quien ya en 1842 se encuentra enfermo. Ante un nuevo pedido de los dirigentes de la colectividad solicitando a Dublin otro sacerdote que colaborara con el padre O'Gorman, la designación recae en el padre Antonio Fahy.
En 1844 desembarca en Buenos Aires el padre Fahy y de inmediato se dedica a su misión, quien será la figura central en torno a la cual se van delineando los mecanismos de conexión entre los irlandeses ya asentados en el país, los recién llegados y la sociedad argentina de la época. Los irlandeses encontraron en la Iglesia Católica, representada por el padre Fahy y los demás sacerdotes que le continuaron, el ámbito en torno al cual se organizaron como colectividad.

La colonia irlandesa fue creciendo paulatinamente, hasta que el mismo padre Fahy la computa en 4500 almas en el año 1848.
El padre Fahy no solamente asiste espiritualmente a los inmigrantes, también se convierte en el organizador de la comunidad.
Facilita el asentamiento de los irlandeses que llegan y va creando vínculos entre los diferentes grupos de la colectividad. Aconsejaba a cuanto irlandés que desembarcaba en el puerto de Buenos Aires que se dirigiera al campo, cuyas posibilidades económicas entreveía. En breve tiempo había irlandeses diseminados por todos los partidos cercanos a Buenos Aires.
El padre Fahy, con su profundo conocimiento de la comunidad y sus contactos en los sectores ganaderos en general, actuaba como intermediario, colocando a los irlandeses que llegaban entre los estancieros que buscaban mano de obra adecuada.
Los prejuicios hacia los "natives" (nativos) y hacia los inmigrantes de otras nacionalidades llevaban a los irlandeses a buscar esposo/a entre sus connacionales, y es así que han quedado numerosas anécdotas de cómo el sacerdote establecía contacto entre las partes, actuando de intermediario.
El Capellán recorría a caballo, lugar por lugar, casa por casa, para atender espiritualmente a todas las familias irlandesas. También se fue convirtiendo en consejero económico, les decía si debían comprar tal o cual campo, permanecer en esta región o migrar a otra, realizar o no alguna operación de crédito, etc.
William McCann, un comerciante irlandés que permaneció por varios años en el país y que a su regreso publicó la obra "A two thousand mile ride through Argentina", describe una entrevista con el padre Fahy durante su viaje por el sur de la provincia de Buenos Aires. Dice:
"En la casa del señor Hanley, me encontré con el padre Fahy, sacerdote católico irlandés, que estaba haciendo una gira pastoral, y en cuya agradable compañía pasé la tarde. El padre Fahy es indispensable a sus compatriotas; no solo ejerce su ministerio espiritual entre ellos con la máxima cordialidad, sino también les da el beneficio de su experiencia y consejo en asuntos temporales.".
Fahy mismo decía: " yo soy cónsul, jefe de correos, juez, pastor, intérprete y proveedor de trabajo para toda esta gente"
De una carta del padre Fahy al sr. William McCann, podemos deducir lo que pensaba sobre los destinos de la República Argentina, de su optimismo y de fe en el futuro de nuestro país. Este es un fragmento de dicha carta con fecha 1° de Febrero de 1848:
"....durante su viaje se ha encontrado con súbditos británicos, dos tercios de quienes eran irlandeses. Ahora me pregunta si los trabajadores encuentran ocupación en esta provincia, y si gozan de la protección de las leyes en sus personas y sus ocupaciones.
En contestación a estas preguntas, declaro que durante los cinco años que he vivido y viajado por esta provincia, no he encontrado nunca a un hombre que no podía emplearse, excepto durante una parte del bloqueo. El hecho es que hay tanta escasez de trabajadores que los sueldos muchas veces han aumentado de cinco a siete chelines y medio diarios. Muchas veces he conocido casos en que hombres pobres han ahorrado cien libras al año, solo en hacer cercos. En un país como este, donde no hay piedra, muchos obreros siempre encontrarán trabajo de esa naturaleza, especialmente cuando los estancieros comiencen a rodear sus casas con chacras y quintas. Además, calcule el gran número que será necesario en los saladeros, donde la faena de animales llega a tan grandes proporciones. Supongo que anualmente en la provincia de Buenos Aires se faenan dos millones y más de reses. El pastoreo de ovejas dará también colocación a muchos trabajadores.
Una vez que se establezca la paz, los recursos de esta provincia se comenzarán a explotar , y si se pudieran introducir trabajadores industriosos y sobrios, no dudo que en pocos años esta provincia se convertirá en un perfecto paraíso."

El padre Fahy residía habitualmente en la ciudad de Buenos Aires. Los domingos reunía a sus compatriotas en la capilla de San Roque, anexa a la Basílica de San Francisco, donde oficiaba misa y predicaba. Estos servicios religiosos continuaron por más de veinte años, y sólo cesaron después de su muerte.

Los años 1847 y 48 fueron trágicos en la historia de Irlanda. Una misteriosa afección que atacaba principalmente a la papa, artículo de primera necesidad en aquel país, apareció simultáneamente en varios puntos, y gran parte de la población sintió los efectos del hambre. Al mismo tiempo, una fiebre mortífera invadió los organismos mal nutridos. Esta situación amenazó convertir al país en un cementerio. Los que pudieron escaparon de Irlanda; centenares de miles cruzaron el Atlántico Norte hacia los Estados Unidos, y también algunos llegaron hasta aquí.
Al conocerse esta situación que sufría Irlanda, el padre Fahy organizó a sus connacionales para enfrentar la situación que se cernía sobre la madre patria. Organizó colectas de dinero, alcanzando a reunir una suma respetable que fue remitida a Irlanda. El padre Fahy acompaña el donativo con una carta dirigida al Arzobispo de Dublin, fechada el 15 de junio de 1847; en ésta reafirma su confianza en los destinos de la República Argentina, en donde dice:
"Recomiendo encarecidamente a los labradores sobrios e industriosos que dirijan sus pasos a este país, donde encontrarán una amplia recompensa por su trabajo. La salubridad del aire, la fertilidad del suelo, la riqueza en minerales, sus espléndidos ríos, combinan para invitar al pobre a venir hasta él. El gobierno extiende la máxima protección al extranjero, y los nativos son proverbialmente hospitalarios y generosos."

Las embarcaciones que se dedicaban al transporte de los pasajeros que huían de Irlanda, eran en su mayoría viejos barcos, cuyos armadores especulaban con las vidas de los infortunados pasajeros. Las travesías eran muy lentas, y por esta circunstancia faltaban agua y provisiones, provocando la muerte de varias personas, y muchos de los inmigrantes irlandeses llegaban a estas tierras enfermos y desnutridos. Esta situación exigía un hospital que los atendiese.
El padre Fahy cooperó primero en la fundación del Hospital Británico, siendo miembro en su primera Comisión Administrativa., y a continuación por las circunstancias mencionadas decidió fundar un hospital irlandés. En una casa alquilada en la calle Tucumán, abrió las puertas de ese hospital en el año 1848, y recolectó fondos entre sus connacionales para sostenerlo.
En el año 1850, el padre Fahy adquiere esta casa a su propietaria, y el 2 de Junio de 1851 ante escribano hace donación de ella:
"...a los católicos irlandeses residentes en Buenos Aires y en los distritos de su jurisdicción territorial, como a los demás que llegaren a venir a estos destinos y en nombre de todos ellos a los cinco señores que actualmente componen la comisión administrativa del Hospital General de Irlandeses Católicos residentes en Buenos Aires..."
Este hospital cumplió con su obra hasta el año 1874, según se desprende de los datos consignados en el libro de Murray, cuando fue clausurado, y en 1891 el último sobreviviente de la comisión que había aceptado la donación, cedió el edificio y los terrenos a la Asociación Católica Irlandesa. Pero hay una consigna en el acta de donación que merece recordarse, donde el padre Fahy recomienda a los fideicomisarios que pongan todo empeño en la conservación del hospital: "...que no se deteriore, a fin de que los irlandeses cuenten siempre con este seguro refugio..."

La vida en el campo no es nada fácil en estos primeros años de asentamiento. Ranchos aislados, caminos escasos y en mal estado, pueblos que apenas son caseríos, es el panorama que tiene ante sí el inmigrante. Este desafío incluía también frecuentes ataques de indios y ladrones de ganado. Fueron posiblemente estos peligros, acrecentados en los años que siguen a la caída de Rosas, los principales motivos que llevaron a los primeros colonos a simpatizar con el régimen rosista, en la medida que la política del Restaurador imponía cierto orden en la campaña. Podemos poner como ejemplo de esta simpatía hacia Rosas, la intervención del padre Fahy publicando una carta que desmentía las alegaciones contenidas en un artículo aparecido en el Dublin Review, importante revista católica; este artículo en cuestión criticaba al gobierno del General Rosas.
La carta que escribió el padre Fahy decía lo siguiente:
"No sin grande sorpresa y pesar he leído un libelo publicado en el Dublin Review, calumniando con todo género de falsas suposiciones la política y los actos del Excmo. Sr. Gobernador......., Brigadier D. J. Manuel de Rosas. Este recto magistrado, que extiende tanta y tan ilustrada protección a todos los habitantes de este país que ha restablecido el imperio del orden y el esplendor de la religión Católica, es vilipendiado en aquella producción con mucha injusticia y tergiversación de los sucesos ocurridos en esta República........creo llenar un deber de conciencia y de gratitud hacia este país y su gobierno, explanando mi juicio y mi testimonio......"

La colectividad irlandesa sigue creciendo y extendiéndose, y por esto el Padre Fahy necesita ayuda.
En el año 1855 el padre Fahy introduce en el país la comunidad de las Hermanas Irlandesas de la Misericordia, las cuales se encargan del Hospital Irlandés y de un colegio de niñas que el sacerdote les ayuda a fundar,
Por su parte, costea la carrera de jóvenes irlandeses en el All-hallows College de Irlanda para las misiones de la Argentina. En el curso de algunos años llegan sacerdotes a este país preparados especialmente para secundar al padre Fahy. Bajo su dirección, estos jóvenes sacerdotes eran enviados al campo donde cumplían muchas de las funciones que antes desempeñaba el viejo líder. Para 1870 había nueve capellanías en la provincia, además de la de Buenos Aires, con sede en los partidos de mayor densidad de inmigrantes irlandeses y descendientes :
E. de la Cruz, Navarro, Chascomús, Luján, Carmen de Areco, Mercedes, San Antonio de Areco, Ranchos y San Pedro.


Interesante para la historia Argentina es la actuación que tuvo el padre Fahy en las Islas Malvinas. Cuando las islas pasaron al poder del gobierno inglés, desaparecieron junto con el pabellón argentino, las exteriorizaciones de la religión católica, y por espacio de veinte años no se conoció por allí a sacerdote alguno. Había algunos católicos irlandeses entre la guarnición que reclamaban la asistencia religiosa de sacerdotes. El asunto fue encargado al padre Fahy por el Obispo de Buenos Aires, Monseñor Escalada. Por muchos años los sacerdotes irlandeses de la Argentina, bajo su dirección, estaban encargados de la asistencia espiritual de las Islas Malvinas, hasta que en 1889 fue encargada a los padres salesianos. No existen pruebas directas que el padre Fahy haya visitado en alguna ocasión las islas, aunque un documento del Obispo Fagnano parece insinuarlo, diciendo en una reseña de las Islas Malvinas lo siguiente:
"Antes que estas islas entraron a formar parte de la Prefectura, solían ser visitadas por uno que otro sacerdote generalmente irlandés.....El primer sacerdote recordado es el padre Fahy...."

En 1857 fallece el Almirante Guillermo Brown, fundador de la Armada Argentina. Fue íntimo amigo del padre Fahy y en sus últimos momentos éste le auxilió con los sacramentos. Es el padre Fahy quien da cuenta al gobierno argentino de la muerte del ilustre marino, en un parte con fecha 5 de Marzo de 1857:
"El infraescripto capellán de los irlandeses católicos, tiene el honor de informar a Vuestra Excelencia para conocimiento del superior gobierno que a las doce de la noche dejó de existir el Brigadier General Don Guillermo Brown
......Él fue, Sr. Ministro, un cristiano cuya fe no pudo conmover la impiedad, un patriota cuya integridad la corrupción no pudo comprar, y un héroe a quien el peligro no pudo arredrar...."
Es el padre Fahy quien pronuncia las oraciones rituales en su entierro.

La habilidad financiera del Padre Fahy, evidenciada por las diversas obras que acometía y realizaba y su espíritu de rectitud, hizo que se ganara la confianza y una alta estima entre sus connacionales asi como la del resto de la población. Como consejero de toda la colectividad irlandesa del país, se hizo depositario de grandes sumas de dinero, y se le consultaba antes de realizar cualquier negocio de importancia. Refiere el Dr. O'Farrell una anécdota que vale la pena reproducir:
"Llegó un momento en que el padre Fahy era el depositario de cientos de libretas del Banco de la Provincia, que representaban la riqueza acumulada de los irlandeses que se habían hecho dueños de las mejores fracciones del territorio de la provincia.......Uno de los grandes sacudimientos políticos de la época puso en peligro la estabilidad económica del banco, se inició una corrida......Un director del banco se entrevistó con el padre Fahy, y explicándole la situación le pidió su apoyo moral para restablecer la tranquilidad amenazada.. El padre Fahy respondió notablemente al llamado patriótico, y lejos de retirar uno solo de los depósitos de los irlandeses, estos continuaron llevando sus ahorros al banco.
Los irlandeses nunca tuvieron que arrepentirse de esta acción, por que cuando volvió la calma y la tranquilidad, ese banco, coloso de crédito en su tiempo, respondió generosamente a toda solicitud cuya honestidad llevaba el endoso moral del padre Fahy."

El progreso de la colectividad y el apoyo que ésta le prestaba, indujeron al padre Fahy a emprender la construcción de un nuevo colegio para niñas, anexo al hospital que las hermanas dirigían en la calle Tucumán, y con este motivo adquiere en 1862, un terreno en el lugar donde ahora está el Colegio La Salle. Las Hermanas de la Misericordia se encargaron de su dirección, y en las épocas de miseria que siguieron las huellas de las epidemias de cólera y fiebre amarilla de los años 1867 y 1870-71, recibieron un gran número de niñas huérfanas bajo su techo. De este establecimiento toma su origen el Colegio Santa Brígida, cuya dirección queda en manos de las misma hermanas.
El padre Fahy piensa que el desenvolvimiento de la colectividad irlandesa requiere un colegio para varones. Adquiere en 1861 una manzana de terreno, sito donde actualmente se levanta el Colegio del Salvador. Desgraciadamente, la penuria que sobrevino por efectos de los malos años entre 1860 y 1870, le impidió llevar a cabo esta última obra y pasados unos años se ve obligado a vender el terreno. Pero la idea no fue abandonada, después de su muerte algunas señoras irlandesas emprendieron la tarea de realizar este propósito del padre Fahy, y he aquí los orígenes de la Sociedad de las Señoras de San José.

El 19 de Mayo de 1864, la Administración del General Mitre confiere un homenaje al Padre Fahy. Por decreto del Poder Ejecutivo se le nombra Canónigo Honorario de la Catedral de Buenos Aires. Es un testimonio elocuente de la estima que merecía en los círculos oficiales de entonces.

A fines de 1867 una feroz epidemia de cólera asoló el país, y el padre Fahy debió multiplicarse para atender a los enfermos, y buscar refugio para los huérfanos y viudas. Pero los años pasaban y su salud estaba quebrantada. Dirigió varios llamados a sus connacionales para que contribuyeran a sostener y ampliar las obras que había levantado. Se vio obligado a contraer deudas para poder continuar sus obras de beneficencia.

En 1871 un acceso de fiebre amarilla azota la ciudad en pleno verano. Los sacerdotes de toda la ciudad son llamados a todas horas para atender a los moribundos., y el padre Fahy ya anciano, no descansa.
Recibe un llamado para confesar a una señora italiana atacada de fiebre, y un amigo del padre Fahy, que se entera que el sacerdote se apresta a atender el llamado, le reprocha diciéndole que él es el capellán de los irlandeses y quien la debía atender era su propio pastor, que él no tenía por que exponer su vida. Y el anciano sacerdote pronuncia esta magnífica frase: "la caridad no conoce patria", y se dirige a atender a la enferma.
Hay quienes dicen que el padre Fahy, luego de atender a la señora italiana, se contagia, y en pocos días muere. Otros se ajustan al certificado de muerte expedido por los médicos que lo atendieron, en el que figura que la causa de muerte es por enfermedad cardíaca., y hacen hincapié en que el padre Fahy sufría hace años de problemas cardíacos.
Lo cierto es que el padre Fahy muere el 20 de Febrero de 1871. Dos días después sus restos fueron sepultados en el panteón del clero en la Recoleta. La población se volcó a la calle para mostrar su respeto. Miles de personas de diferentes razas y creencias marchan en la comitiva acompañando su cuerpo hasta el cementerio.
Por un mes todos los irlandeses del país, veinte mil y más, llevaron un crespón en señal de duelo por su pastor fallecido.
Decía La Nación, en un artículo publicado el 23 de Febrero de 1871:
"Honrar la memoria del honorable padre Fahy es honrar la raza humana en los grandes y generosos móviles que a veces la anima y de que él fue tan alto y digno representante."

Sus restos descansaron en el panteón del clero por muchos años, hasta que una comisión de damas de la Sociedad de San José levantó en el año 1912, un monumento de granito irlandés en la Recoleta. Bajo su cruz céltica, los restos del venerable sacerdote descansan en paz.


Hoy en día el padre Fahy es recordado por la colectividad irlandesa de la Argentina. Lleva su nombre el Instituto Fahy de Moreno Prov. de Buenos Aires, obra de la Asociación de Señoras de San José, colegio que abrió sus puertas originalmente en Capilla del Señor y que luego fue trasladado a partir de 1930 y finalmente en 1949 a su ubicación actual. También llevan su nombre dos calles en localidades de la Provincia de Buenos Aires, la calle Reverendo Padre Fahy en la Reja - Moreno, y la calle Padre Fahy en Exaltación de la Cruz - Capilla del Señor.
Encontramos un busto del padre Fahy en el Colegio Santa Brígida de la ciudad de Buenos Aires. La capilla de éste colegio fue donada por la señora Margarita Mooney de Morgan y levantada en memoria del Padre Fahy.
Toda la colectividad de los argentino - irlandeses, descendientes de los pobladores por quienes el padre Fahy vino al país, tienen con él una deuda de gratitud impagable.

Fuente: http://members.tripod.com/fahyclub_exalumnos.ar/padre_fahy.htm

Introducción

“Pueblo de agricultores y de pastores, los irlandeses han reunido en una misma tradicion, el origen celta, la influencia vikinga, la fe de San Patricio, el terror a Cromwell y el heroismo intrepido de aquel general Sarsfield, antepasado del autor de nuestro Codigo Civil”.
“Al promediar el siglo pasado, diversas razones lanzan a un millón de irlandeses a la emigracion. Muchos vinieron a la Argentina”.
“Ya se sabía, en Irlanda, que era ésta una tierra hospitalaria. Irlandeses hubo, en nuestro suelo, desde la colonizacion española: sacerdotes jesuitas de las Misiones, militares y funcionarios del gobierno virreinal, comerciantes. Irlandes fue Guillermo Brown, figura maxima de nuestra marina”.
“A comienzos del siglo XIX, la pequeña comunidad irlandesa estaba concentrada en Buenos Aires. Hacia 1850, ya estaba dispersa en una superficie comparable a la de Irlanda y, e.n general, dedicada a la cria de ovejas”.
“Juan T. O'Brien, irlandes, que fue edecan de San Martin y general de nuestro ejercito, intentó, con el apoyo de Rivadavia, atraer inmigrantes de su primera patria a aquella por cuya bandera se batió. Mas tarde, el padre Antonio Fahy, patriarca de los irlandeses argentinas, alentó la venida hacia nuestra tierra de muchos de sus compatriotas”.
“La colonia irlandesa se extendió a Santa Fe. En 1869, de los 8623 inmigrantes de ese origen que poblaban la Argentina, 647 residian en Carmen deAreco, 458 en Lujan, 717 en Mercedes y Suipacha, 431 en Exaltacion de la Cruz, Navarro, Capilla del Señor, Ranchos, San Pedro, Chascomus y muchas otras ciudades de hoy, poseen colonias irlandesas centenarias, arraigadas indisolublemente en nuestro pais. En 1875, los 26.000 irlandeses tenían ya cinco millones de ovejas”.
" ‘No existe en el mundo otro lugar en donde el irlandés sea tan respetado v estimado’, escribía Patrick J. Dillon en 1875. Veinte años despues, los irlandeses de Santa Fe eran 1223 y los de Cordoba y Entre Ríos sumaban mas de 600”.
“La gran inmigracion irlandesa ceso hacia fines de siglo. Mas de 200.000 hijos y nietos de irlandeses habitan hoy la Argentina y son argentinos sin distinción”.
“Hubo entre aquellos inmigrantes notables personalidades y anonimos agricultores. El ingeniero Juan Coghlan trazo ferrocarriles y canales y proyecto puertos que ayudaron al progreso de nuestro pais. Juan Dillon fue político y Comisario General de Inmigracion. Eduardo Casey fue empresario audaz, creador del Mercado Central de Frutos de Avellaneda-que tuvo el edificio mas vasto del mundo- y organizador de colonias agricolas en Buenos Aires y en Santa Fe. Edward T. Mulhall trajo, en 1862, desde Manchester, las primeras semillas de algodón que llegaron a nuestro pais. De alli trajo, tambien la maquinaria industrial”.
“De una antiquisima familia irlandesa era Tomas Armstrong, que llego en 1817, y promovio el ferrocarril, creo una compañia de seguros, organizo colonias agricolas y fundo, en Santa Fe, un establecimiento agropecuario modelo. Irlandes era, tambien, un sencillo agricultor de Entre Rios, cuya hija, maestra, recibio el espaldarazo de Sarmiento y fue la primera medica argentina: Cecilia Grierson”.
“Irlandeses fueron grandes estancieros como Tomas Mahon (Ensenada), la señora de Mulleady (Magdalena), Miguel Allen (Castilla), Juan Brown (Lujan), Juan Harrington (Santa Lucia), Santiago Connaughton (Navarro)yTomas Duggan, que tuvo mas de una docena de establecimientos en donde llego a criar un millon de ovejas”.
“Irlandeses que hicieron del trabajo de campo una continuidad entre su tierra natal y la Argentina, haciendose argentinos de un modo casi natural. Cultivaron el suelo. Sirvieron a la Patria. Y agrandaron nuestro patrimonio espiritual” (1).
En su libro Cómo fue la inmigración irlandesa en Argentina, Juan Carlos Korol e Hilda Sábato sostienen que los inmigrantes “Ya desde 1840 comenzaron a llegar desde Irlanda. Empujados por el hambre, la pobreza y el afán de buscar nueva fortuna; atraídos por un país en crecimiento, desconocido pero promisorio, lejano pero posible. Pocas décadas más tarde constituían una comunidad rica e influyente, que pasó a formar parte de esa sociedad compleja y heterogénea que se fue dibujando en el Río de la Plata a fines del siglo XIX”.
Los ensayistas señalan que la década del ’40 es un período clave en el proceso de inmigración, pues “En ese momento Irlanda atraviesa una profunda crisis, que agrava la situación socioeconómica de ese país y desata una corriente de emigración, contribuyendo a acelerar las tendencias estructurales que caracterizaban a la sociedad irlandesa a principios del siglo XIX”. Y aunque la emigración no es un hecho nuevo –agregan-, “es a partir de la hambruna que el proceso adquiere características de éxodo masivo de población” (2).
Con motivo del 152° aniversario de la Hambruna de Irlanda, el periódico Viajero Celta publicó a modo de homenaje un fragmento de un relato de Doreann Mc Dermott, quien fuera catedrática de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza. Mc Dermott considera que “Muy arraigados a su tierra, y con escasa inclinación a emigrar, es posible que la clase obrera y campesina nunca hubiese abandonado su país de no haberse producido la gran catástrofe de los años 1845 a 1849. Pero esos años fueron fatídicos y decisivos. Parecía como si de pronto todas las fuerzas de la naturaleza se hubieran confabulado para dar al traste con un pequeño país que, tras siglos de abandono y mala administración, carecía enteramente de reservas. Los verdes campos asolados por la terrible plaga de la papa; epidemias de tifus y escorbuto diezmando cruelmente a la población. En el breve período de aquellos cuatro años, dos millones aproximadamente de sus pobladores perecieron a causa del hambre o las fiebres, ya en su propia tierra, ya en el curso de los espantosos viajes a que les llevó el intento de salvarse” (3).
En 1845 la roya, plaga de la papa, ataca a la especie afectando una parte de la cosecha –escriben Korol y Sábato-: pero al año siguiente la pérdida es total. El hambre se expande. En 1848 la situación se agrava por una mala cosecha de granos, y si bien la roya va disminuyendo, continúan sus efectos, aún hasta 1850” (4).
Korol y Sábato consideran que había muchas desventajas en la elección de la Argentina como país para emigrar: “Por una parte, una lengua diferente, costumbres desconocidas, y una cultura totalmente ajena a la propia aparecen como problemas adicionales a los que el traslado y el desarraigo imponen de hecho al que decide emigrar. Por otra parte, la distancia que separa a Irlanda de nuestro país se convierte en obstáculo insalvable para los sectores más pobres, que generalmente no pueden llegar más allá de Inglaterra, o con mucha suerte consiguen un pasaje para América del Norte. Finalmente, la infraestructura que se crea para fomentar y facilitar la emigración desde Irlanda hacia países de raíz anglosajona no puede compararse con la precaria organización que promueve el traslado de irlandeses hacia el Plata”.
“En general –explican- es la relación más o menos casual del futuro migrante con el núcleo de irlandeses que reside en Buenos Aires uno de los factores determinantes en su decisión de trasladarse al Plata”. Esa relación se denomina “cadena migratoria” y –según John Mc Donald- se la puede definir “como el movimiento por el cual los migrantes futuros, toman conocimiento de las oportunidades laborales existentes, reciben los medios para trasladarse y resuelven su alojamiento y su empleo inicial, por medio de sus relaciones sociales primarias con migrantes anteriores” (5).
Baily sostiene que “La mayoría está de acuerdo en que esencialmente, el concepto se refiere a los vínculos personales entre la familia, amigos, paisanos, tanto en la comunidad de origen como en la receptora los que influyen en la destinación, el asentamiento, las ocupaciones, la movilidad y la interacción social. Lo importante aquí es que el uso del concepto, más que ninguna otra idea en particular, nos permite aumentar el nivel de predicción en lo que se refiere a la operación del proceso migratorio, incluyendo la naturaleza de los patrones de residencia” (6).
Además de las que enumeran los estudiosos, hubo otra clase de dificultades para quienes elegían la Argentina como destino. En 1998, el Buenos Aires Herald llegó a sus primeros 122 años, y los conmemoró publicando “The Argentine Mosaic. Who we are and how we got here”, un suplemento dedicado a la historia de las colectividades que habitan el país. En el trabajo referido a los irlandeses, Michael John Geraghty relata un lamentable suceso en el que se menciona el Hotel. En 1889 arribó el SS City of Dresden, con alrededor de dos mil pasajeros. “The episode was a total fiasco. When the ship docked, the Hotel de Inmigrantes was full and the parched, starving passengers were forced to sleep in the open”. Estos inmigrantes fueron finalmente destinados a Napostá, cerca de Bahía Blanca, desde donde en 1891 quinientos veinte colonos regresaron a Buenos Aires, “broken in spirit, uterly destituted”. Los adultos quedaron librados a su suerte; los niños y niñas fueron enviados a la primera Fahy School y al Irish Girl’s Orphanage, respectivamente (7). Este es sólo un ejemplo de los avatares que debieron soportar quienes buscaban un mundo mejor.
En su Guía de las colectividades extranjeras en la Republica Argentina (8), la doctora Rosa Majián incluye información sobre los irlandeses. Se refiere a sus representaciones diplomáticas, a sus iglesias en Buenos Aires, Mercedes, San Antonio de Areco, Rosario y Villa Elisa, a la Federación de Sociedad Argentino-Irlandesas. Se ocupa, asimismo, de las instituciones sociales, benéficas, religiosas, deportivas, culturales, entre las que mencionamos la Asociación Católica Irlandesa, la Asociación Damas de San José, el Centro Argentino de Cultura Irlandesa y la congregación de los Padres Palotinos, en Buenos Aires. En la provincia homónima, se refiere a la Asociación Argentino-Irlandesa de Bahía Blanca, a la Asociación Hogar San Patricio de Villa Elisa, al Centro Argentino Irlandés de Bella Vista, entre otras. Instituciones similares se encuentran también en las provincias de Córdoba, Mendoza y Santa Fe.
Son importantes los colegios pertenecientes a esa comunidad. La investigadora menciona, entre otros, el Santa Brígida, San Cirano y St. Brendan’s College, en la ciudad de Buenos Aires, y colegios de Boulogne, Moreno y Vicente López, en la provincia de Buenos Aires. Se refiere luego a institutos de las provincias de San Juan y Santa Fe, cuyas direcciones brinda al interesado. En el campo periodístico, Majián menciona el periódico The Southern Cross. Este último es la “publicación católica de este tipo más antigua del país y la primera que existió en lengua inglesa en América del Sur. Fue fundado por el padre Patricio Dillon en enero de 1875, destinado a la comunidad irlandesa afincada en el país” (9).
Los irlandeses trajeron su religión y sus festividades. Entre ellas, la de San Patricio, quien “fue obispo y apóstol de Holanda. Nació en Escocia en 385. Por orden del Papa Celestino evangelizó Irlanda, conocida como la ’Isla de los Santos’. Murió en 493” (10). Su día es la “fiesta de todos los celtas”. “El 17 de marzo, como todos los años, los irlandeses festejan su santo patrono. Pero desde hace tres años se unen a esta celebración, celtas de varias nacionalidades. Sólo bastó dar una recorrida por todos los pubs que se aglutinan, curiosamente, cerca de Retiro –y de la Torre de los Ingleses- para encontrarse con parejas formadas por individuos de diferentes comunidades celtas y una sola idea: beberse toda la cerveza Guiness y todo el whisky irlandés que hallaron durmiendo desde hace justo un año” (11).

Fuente: http://inmigracionyliteratura.blog.arnet.com.ar/archive/2007/09/04/irlandeses.html

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