viernes, 20 de agosto de 2010

ECONOMIA SOLIDARIA/COOPERATIVISMO, programa del 20 de agosto de 2010

DEFINICION
El Cooperativismo es una doctrina socio-económica que promueve la organización de las personas para satisfacer de manera conjunta sus necesidades. El cooperativismo está presente en todos los países del mundo. Le da la oportunidad a los seres humanos de escasos recursos de tener una empresa de su propiedad junto a otras personas. Uno de los propósitos de este sistema es eliminar la explotación de las personas por individuos o empresas dedicados a obtener ganancias.
La participación del ser humano común asumiendo un rol protagonista en los procesos socio-económico de la sociedad en la que vive es la principal fortaleza de la doctrina cooperativista.
El cooperativismo se rige por unos valores y principios basados en el desarrollo integral del ser humano.
Fuente: http://cooperar.galeon.com/definicion.htm

Referencia histórica del cooperativismo:

La Revolución Industrial se expandía por Europa.
Resultado de ese proceso fue la acumulación de las riquezas en manos de pocos y el crecimiento progresivo de una masa proletaria sometida a una crítica inestabilidad, a una pobreza sin precedentes y a una total dependencia económica de los dueños del capital. En el orden cultural se asienta un fuerte concepto economisista: el hombre es espiritualmente superior cuando lo es también materialmente. Inglaterra y su época victoriana son paradigmas de ese proceso.
En ese nuevo orden surgen teóricos sociales que promueven la unión de la clase obrera como única alternativa para reivindicar sus derechos, prédica que va encontrando eco en los trabajadores. Nacen así las organizaciones sindicales, por entonces de índole clasista, y la acción política directa con objetivos revolucionarios, generalmente dirigidos a abolir las estructuras vigentes sustituyéndolas por la colectivización de los medios de producción en manos del Estado.
A diferencia de ese socialismo colectivista o estatista, los impulsores del socialismo asociacionista rechazaban los métodos violentos y postulaban una reforma del orden económico por medio de la asociación libre de los trabajadores bajo el credo de la igualdad y la cooperación mutua como único camino para recrear las condiciones naturales de la vida social pervertidas por el capitalismo. Eso seria posible, sostenían, creando organizaciones autónomas y autosuficientes que proveyeran a las necesidades de sus integrantes, sin búsqueda de lucro y con gobierno democrático.
Este socialismo asociacionista perderá vigor en la mitad del Siglo XIX, pero dejará un heredero naciente que se inspiró en sus ideas: el cooperativismo.

Los orígenes del cooperativismo

Aunque con anterioridad existieron algunas realizaciones con rasgos similares, tradicionalmente se sitúa el nacimiento del cooperativismo orgánico con la creación de la sociedad “Pioneros justos” en Rochdale, Inglaterra, constituida en 1844 por un grupo pequeño de tejedores de esa localidad. Se trataba de una entidad con caracteres de las actuales cooperativas de consumo donde los asociados dueños de la tienda eran al mismo tiempo sus usuarios, se regían por un sistema democrático y abierto, descartaban la búsqueda de lucro y admitían solo una renta limitada del capital.
El valor de esta experiencia, y lo que le permitió primero sobrevivir y luego desarrollarse, fue la adopción de reglas expresas con criterios prácticos que con el tiempo constituyeron la base doctrinaria que adoptará después todo el cooperativismo

Fuente: http://www.scpl.coop/index.php?page=ver&nid=247

Valores básicos del sistema cooperativo
1. La actividad económica dirigida a satisfacer las necesidades del ser humano
La orientación de la acción de cooperativas hacia la satisfacción de necesidades de la gente común, las mayorías, trabajadores/as, agricultores/as, consumidores/as, productores/as, pescadores/as etc.
El énfasis en la satisfacción de necesidades es lo que brinda significado real al modelo cooperativo. Esto incluye la responsabilidad para el manejo eficiente de los escasos recursos humanos, económicos y ambientales, dado el hecho de que la acción cooperativa se fundamenta en el ahorro de las clases pobres. En su perspectiva global, este valor implica, además, que la orientación de las cooperativas se dirige al mejoramiento de las condiciones de vida de la población mundial que se encuentra en situación de relativa pobreza.

2. La Democracia Participativa
Se destaca el rol de las cooperativas para contribuir a las relaciones democráticas entre las personas, sirviendo como “escuela de democracia” y como “instrumento de democracia económica”. Se debe prestar atención a las nuevas formas de organización, la participación de la mujer, los jóvenes y los empleados de las cooperativas.

3. La Responsabilidad Social y Ética
El sentido de responsabilidad social siempre ha estado presente en las normas internas de las cooperativas y en su relación con la sociedad en la que se desenvuelven. Por ejemplo: grupos de personas establecen una cooperativa para asumir responsabilidad en cuanto a sus propias condiciones de vida y las de su comunidad.

4. El Desarrollo de los Recursos Humanos
La meta de consolidar el respeto a la dignidad del ser humano y proveerle una voz, tanto individual como colectivamente, para impactar el mejoramiento de las comunidades, implica, además, que el modelo cooperativo tiene su fundamento en el trabajo del ser humano y no es su explotación por el capital.

5. La colaboración entre cooperativas a nivel regional, nacional e internacional
Las cooperativas tienen entre sí el enorme reto de demostrar que constituyen una alternativa real, de carácter mundial, y basada en el ser humano, frente a las corrientes neoliberalizantes que pretenden dirigir la economía del mundo. Este valor constituye la herramienta vital para asegurar la constante expansión y penetración del modelo cooperativo a nivel internacional.

Fuente: http://www.liga.coop/index.php?option=com_content&view=article&id=31&Itemid=18

Las personas forman una cooperativa no sólo con propósitos económicos sino sociales y espirituales. En la cooperativa el aspecto humano se hace presente en el espíritu de servicio, de servir a los demás. Esta motivación es principalísima en el cooperativismo. La cooperación como sistema económico y social está basado en ideas que van desde la ayuda mutua hasta la prioridad del ser humano sobre el dinero, desde la participación equitativa en las ganancias hasta lograr una sociedad igualitaria. La cooperativa es democrática. Se mide no tan sólo por la participación de los socios en las decisiones de la empresa sino por su derecho al voto en las asambleas sin importar el dinero que tenga invertido en la cooperativa. Se organiza entre personas con intereses comunes para servirse mutuamente. No se otorgan favores especiales o privilegios a funcionarios y directivos, la autoridad suprema está en el socio.

La ganancia no debe desviarse hacia el capital sino hacia el trabajo, la retribución de aquél ha de ser limitada. El capital es un medio de producción y no un fin, remunerándose en consecuencia como tal, de acuerdo con las necesidades de la cooperativa. No obstante la posibilidad de retribución del capital aportado por los socios se pone de manifiesto en los estatutos sociales y siempre está condicionado a la obtención de excedentes suficientes.
Desde el punto de vista formal el capital social constituye la primera partida del balance y se configura como una deuda que tiene la sociedad con los socios.3

Fuente: http://www.tesisenxarxa.net/TESIS_URV/AVAILABLE/TDX-0318108-132320//capitulo3.pdf

ECONOMIA SOLIDARIA Y COOPERATIVISMO
RICARDO MELO ALBORNOZ, Médico pediatra titulado en la Universidad de Chile en 1960. Residente en Panamá desde el año 1975.
Conceptos generales
Toda la humanidad gira alrededor de la forma como se organiza la economía. Ella determina la estructura de la sociedad, la posición social de cada individuo, su escala de valores y su conducta final frente a los hechos.
La vida de un pueblo está determinada por el sistema económico dentro del cual se desarrolla, y habrá tantas formas de vida como seamos capaces de imaginar o crear sistemas económicos. Por tanto la economía no es una forma fija e inamovible de procedimiento acordado entre los hombres para producir, intercambiar y distribuir la riqueza generada, sino un elemento plural, cuyo resultado final previsible y deseable debe ser una humanidad libre de factores negativos y satisfecha de su propio destino.
En todas las épocas ha sido difícil que las personas puedan vislumbrar un sistema económico distinto al imperante, aunque este esté plagado de hechos negativos y situaciones traumáticas. Dos factores son los que condicionan esta actitud:
La primera de ellas es la actitud humana de Resistencia al Cambio, que se manifiesta en todas las actividades y que ha sido ampliamente estudiada por sicólogos y sociólogos.
La segunda es que los favorecidos del sistema utilizan todo tipo de subterfugios para impedir cualquiera limitación a sus privilegios
A pesar de estos dos hechos la humanidad ha experimentado cambios a lo largo de los siglos, algunos como resultado de procesos evolutivos, otros debido a condiciones críticas que obligan a las grades mayorías a producir cambios súbitos, con diversos grados de profundidad y conflicto.
Hechos de esta naturaleza, en el último siglo, han conducido a la humanidad a una polarización de la conducta económica. Se han generado dos polos en los que se centra la actividad económica de la humanidad. Uno centrado en el Estado respaldado por el Derecho Público y otro en el Mercado respaldado por el Derecho privado.
Esta polarización ha desatado una reñida competencia social. El péndulo de la historia oscila entre estos dos extremos.
Esta forma de conducta bipolar ha generado múltiples formas de sistemas económicos, unos centrados en el Estado y otros en la actividad Privada. Las contradicciones generadas por estas dos formas de ver la vida y la economía, han tenido a la humanidad al borde de su autodestrucción, y ambas por distintos caminos han conducido a la gran mayoría de los habitantes de la tierra, a una situación de explosiva pobreza.
Por ello se puede afirmar que la pobreza no es un castigo divino, ni el resultado del azar, sino la consecuencia del o de los sistemas económicos imperantes.

Economía Estatal
El Estado funciona amparado bajo el Derecho Público.
La característica de este derecho es la verticalidad de las acciones económicas, estas resultan como acciones obligadas que se traducen en Impuestos, o Cotizaciones como las de los fondos de pensiones. Bajo este derecho solo se puede hacer lo que la ley dice que se puede hacer.
La riqueza manejada por el Estado se traduce como Reservas Colectivas, cuyo manejo es impersonal y ampliamente influenciado por el Poder Político y Gremial.
El Concepto Económico que respalda a esta forma de economía es la redistribución de la riqueza. De ello resulta que la Economía Estatal es muy buena redistribuyéndola. Pero resulta muy mala para crear o retener dicha riqueza.
Estas características las hemos visto claramente graficadas en los sistemas económicos centrados en el Estado. Todos han demostrado grandes dificultades cuando se trata de derrotar la pobreza, hecho que ha determinado en último término su declinar.
Economía Privada
La Economía Privada funciona amparada bajo el Derecho Privado.
Las características de este derecho es horizontalidad en las acciones económicas.
Este es ampliamente permisivo. Bajo este derecho se puede hacer todo lo que se desee a menos que la ley diga que no se puede hacer.
Las acciones económicas bajo este derecho, son actos voluntarios e individuales destinados a obtener riqueza para uso privado.
El Concepto Económico que respalda a esta forma de economía es la acumulación de riqueza. De ello resulta que la Economía Privada es capaz de acumular enormes cantidades de riqueza individual, pero es absolutamente incapaz de redistribuirla a menos que sea forzada a ello, mediante medidas impositivas por parte del Derecho Público.
Las características señaladas para la Economía Privada y Estatal, en forma automática establecen una pugna entre los dos sistemas.
Lo que se observa en la actualidad es que la acumulación de riqueza por parte de la Economía Privada, le ha servido para conquistar el poder político y gremial y por este camino doblegar la voluntad del Estado.
Esto ha determinado en la mayoría de los países una pérdida del poder del Estado, frente al poder económico de la Economía Privada. Esto lo ha afectado en todos los planos, incluyendo los de la Seguridad Educacional y de la Comunicación, que tienen una enorme influencia en la conquista de las mentes de la comunidad.
El resultado final del predominio de esta forma de economía ha sido la pérdida de una gran parte del poder del Estado, y la configuración de un mundo bipolar, formado por un grupo pequeño de personas que poseen enorme acumulación de dinero, y una enorme cantidad de personas en estado de pobreza o que caminan imperceptiblemente hacia ella.
Esta forma de economía sabe muy bien de la enorme importancia que tiene el derecho para legitimar todas sus acciones, favorecer su propia existencia e impedir el desarrollo de otras concepciones económicas, que puedan restringir en cierta medida su accionar, sea esto un hecho con algún viso de realidad o totalmente imaginario.
Economía Solidaria
Se trata de instituciones sin fines de lucro porque sus actividades económicas se generan al interior de las mismas, producen riqueza auto generada y las ganancias revierten a la totalidad de las personas que las componen.
Su forma de gobierno es una democracia directa, donde cada uno tiene la posibilidad de elegir y ser elegido. Las directivas ejercen su autoridad por tiempos relativamente cortos y conforman directorios de tipo corporativos y a título gratuito.
Todas se rigen bajo el Derecho Privado y poseen su propia protección jurídica, mediante leyes específicas.
Se puede aseverar con propiedad absoluta que se trata de una forma de capitalismo, que algunos economistas han denominado como Capitalismo de los Empleados. Entendiendo como Capitalismo el hecho de poner una cierta cantidad de dinero en un acto productivo. Y como Empleados a todas las personas que emplean parte de su tiempo en una actividad productiva, sean estos asalariados o no asalariados.
En resumen se puede decir que la Economía Solidaria, toma las características más relevantes y positivas de las dos formas básicas de la economía: de una acogerse al Derecho Privado y de la otra realizar acciones Sin fines de Lucro.
Estas dos características le otorgan Horizontalidad de Mando y el uso permisivo del derecho propio de la Economía Privada, para la generación de riqueza. Y la característica de Sin fines de Lucro, propia de la Economía Estatal, que permite el reparto equitativo de las ganancias. Este reparto se produce con una característica distinta a la que realiza el Estado, pero resulta ser una forma práctica de Redistribución de la Riqueza

En resumen
La Economía Solidaria es un Polo distinto de la Economía, situada entre el Estado y el Mercado. Si tuviéramos que graficarlo deberíamos decir que en la balanza de la economía en la concepción estatal, pesa más la gente que el dinero, y en la concepción de mercado, pesa más el dinero que la gente.
En la concepción de Economía Solidaria hay un equilibrio perfecto entre el dinero y las personas.
Fuente: http://www.economiasolidaria.net/biblioteca/RicardoMeloA/Econom%EDaSol%FDCoop.php

Diferencias entre la Economía convencional y la solidaria

Características Convencional Solidaria
Objetivo Maximizar las ganancias. Satisfacer necesidades básicas.
Factor fundamental El capital. El trabajo y la energía grupal.
Se rige por El mínimo costo. El salario digno y el precio justo.
Tipo de organización Jerárquica. Democrática.
Tipo de relaciones De competencia. De cooperación.
Utilidades Para unos pocos Para todos/as.
Genera Exclusión. Inclusión.
Mirada de la realidad Parcial (índices macroeconómicos, monetarización de la economía) Integral (aspectos sociales, económicos, culturales, ecológicos, éticos, espirituales)
Fuente: http://www.avina.net/web/siteavina.nsf/55b2ea1e836b609484256dfd004c6b37/65de6eba0b5625310325731e00699e00/$FILE/La%20opci%C3%B3n%20de%20la%20Econom%C3%ADa%20Solidaria.doc
EMPRESAS AUTOGESTIONADAS EN ARGENTINA

Las últimas décadas de la historia argentina han estado marcadas por sucesivos planes de desindustrialización, de privatización y concentración de la riqueza. Sin embargo, la crisis del experimento ultraliberal fue abriendo la compuerta a una serie de experiencias protagonizadas por los desheredados del país. El colapso financiero, “el descubrimiento” de que toda la apuesta financiera no era sino una gran estafa –puesta al desnudo con la revuelta de diciembre de 2001– forjó un nuevo mojón histórico desde el cual sectores de población excluida han empezado a decir presente.

Entre esas nuevas manifestaciones está lo que ha dado en llamarse movimiento de “empresas recuperadas”: núcleos de trabajadores, generalmente marginados o en proceso de marginación, que reaccionan contra “el destino” y se apropian de los lugares de trabajo, a menudo empresas vaciadas.
En la zona de la megalópolis porteña (un área de 14 millones de habitantes) tres de estos emprendimientos pertenecen al área de la alimentación. Presentaremos a cada uno y luego procuraremos extraer algunas conclusiones o rasgos comunes.

Grissinópoli

Es una cooperativa recién formada, integrada por 16 miembros del viejo y ya muy disminuido plantel de 24 operarios de la empresa (que en su mejor momento llegó a disponer de cincuenta trabajadores). Durante medio siglo, esta firma se dedicó a la fabricación industrial de grisines y alimentos similares. En los años noventa, señaló la coordinadora de la nueva cooperativa, Norma Pinto, la empresa había ido menguando su actividad, respondiendo a la crisis general argentina y en particular al achique de todo lo nacional, estrangulado por el dólar barato. Hacia 1998, dejó de pagar en fecha a sus empleados, comenzando con una agonía que se prolongó hasta el 3 de junio de 2002, día en que los operarios sobrevivientes decidieron ocuparla para evitar su desguace final.

Gracias al apoyo y a la solidaridad de vecinos autoorganizados (del barrio porteño de Chacarita) y de otras empresas también recuperadas, los trabajadores lograron hacerse del dinero justo para volver al mercado, y de partes o accesorios para la planta o la producción.

El plantel actual es prácticamente el mínimo necesario para una línea de producción, que es lo que ahora llevan adelante. Si pudieran expandir el mercado, están en condiciones de emplear a muchos otros ex compañeros, al disponer de un enorme parque industrial hoy inactivo.

La acción de los trabajadores y trabajadoras fue providencial en muchos aspectos, no sólo porque disparó la solidaridad social sino para frenar un proyecto empresarial, conducido por síndicos y contadores, de convertir a todo el predio de la vieja planta en un apetecible bien inmobiliario. Grissinópoli está asentada sobre varios lotes ubicados a poca distancia del cruce de dos importantes avenidas (Dorrego y Córdoba), y es pasible de ser convertido en el asiento de torres de vivienda.

En parte como agradecimiento por la movilización social en su favor, la nueva cooperativa ha abierto un espacio cultural, Grissicultura, desde el cual trata de enriquecer el trabajo con otras actividades, como teatro, cine, danza, presentación de libros, jardinería e iniciativas coordinadas con emprendimientos similares.

El Aguante

Se trata de otra panificadora, ubicada en Carapachay, un barrio del Gran Buenos Aires. Esta cooperativa también proviene de una empresa en crisis, Panificación 5, que disponía de una plantilla fija de 80 trabajadores y 150 en período de zafra. En el año 2000, la empresa hace convocatoria de acreedores, tras la venta de Supermercados Norte, su único comprador o cliente. No bien esa cadena se comercializa, los nuevos propietarios rediseñan los suministros y descartan a este proveedor de pizza, masa para empanadas, pascualinas, etcétera. El 13 de octubre de 2001 –a pocas semanas del crac nacional– son despedidos 25 operarios, la gran mayoría de los que aún laboraban en ella. La planta queda entonces sin gas, luz, agua ni teléfono, aunque retiene una mínima dotación de empleados. El 17 de abril de 2002, 21 de esos 25 despedidos ocupan la fábrica, dispuestos a defender su trabajo y un ingreso. El emprendimiento será bautizado El Aguante en razón del apoyo social recibido, que les evitó la expulsión, el desalojo y la derrota.

A diferencia de Grissinópoli, El Aguante no ha querido distraer esfuerzos del proyecto laboral en sí. Aunque agradecen muchísimo aquel “aguante” inicial, no tienen deseos de verse envueltos en las dificultades que ellos asocian con la actividad cultural, a la que consideran demasiado cercana de la política, según dicen tres cooperativistas, la tesorera Teresa, Manuela y Norma.

Sasetru

Es una planta de grandes dimensiones, que llegó a ocupar, en los años setenta, a 7.000 operarios. Los terrenos de Sasetru, emplazados en Villa Marconi, municipio de Avellaneda, en el Gran Buenos Aires, abarcan varias manzanas. Quien la visite hoy verá un paisaje de desolación: basura compactada en monstruosas montañas de diez metros de altura, terrenos convertidos en cementerios de vehículos arrinconados por la municipalidad (que recibió estas tierras en pago por deudas fiscales), galpones inmensos y vaciados... En tan inhóspito paraje, un grupo de seres humanos está replantando la semilla del trabajo, de la lucha y una alternativa a la falta de futuro.

A diferencia de las dos cooperativas anteriores, surgidas de planteles de ex empleados empeñados en no aceptar la “solución” patronal, Sasetru se descompuso como empresa y desapareció del mercado hace más de 20 años. Hacia 1980 suspende actividades y en 1985 es comprada por otro gigante de la alimentación (Molinos Río de la Plata), no para reactivarla sino para asegurarse la desaparición de la competencia.

En 1998 empezaron a surgir en el barrio intentos de enfrentar una crisis económica y social pautada por la desaparición de las grandes fábricas, que empleaban a miles y miles de obreros. Así fueron surgiendo merenderos y comedores para paliar lo más urgente: el hambre generalizada. Al mismo tiempo, se iba ampliando la red de ayuda mutua con huertas comunitarias, que abastecían a los comedores vecinales. Huertas que pretendieron ser orgánicas pero que no pudieron serlo en virtud de la extendida contaminación ambiental. De todas maneras, sus impulsores decidieron no recurrir a agroquímicos de ninguna especie. “Es hasta donde pudimos llegar”, dicen.

Es en este marco de resistencia y movilización social, potenciado por los acontecimientos de diciembre de 2001, que los vecinos se plantearon la idea de retomar la fábrica. En enero de 2003, 150 emprendedores –entre viejos operarios, desocupados y jóvenes que jamás han conocido “el trabajo”– ocupan la planta de Sasetru. Son desalojados violentamente por la policía, pero el proceso de cooperativización está en marcha. El núcleo de activos que me recibe, con la presidenta al frente, aclara que el gobierno de Néstor Kirchner parece ser más receptivo a estas iniciativas sociales y que ahora se están facilitando al menos algunos caminos. De todos modos, los cooperativistas no han recibido ni el más mínimo apoyo monetario o financiero, provincial o nacional. Todos los trabajos preparatorios (piénsese en las dimensiones: el único edificio que en esta primera etapa se quiere poner en marcha tiene más de cien metros de longitud y la única línea de producción que piensan habilitar es la de fideos, con unas 60 toneladas diarias) han sido solventados con fondos solidarios provenientes del exterior, en particular de grupos de derechos humanos de Francia y Holanda, y con los subsidios por desempleo que cobran algunos de los cooperativistas (150 pesos argentinos por titular).

Los nuevos emprendedores debieron enfrentar también el escepticismo de todos los técnicos que habían consultado acerca de las posibilidades de reparar la maquinaria y volver a producir. La respuesta había sido unánime: imposible, lo existente es inservible, hay que comprar máquinas nuevas y eso necesita de una inversión de muchos miles de dólares... Pero un buen día dieron con un vecino, ingeniero, dedicado a construir calderas, conocedor de modelos de hasta 1905. “Claro que lo podemos arreglar”, les dijo. Y aunque la primera prueba fue un fracaso (la cañería estaba destrozada), contra viento y marea hoy están poniendo a punto la planta, para lo cual consiguieron el sostén de técnicos de una facultad de la ciudad de Luján, de la Universidad Técnica Nacional de la Capital Federal y hasta del Instituto Nacional de Tecnología Industrial.

Elementos comunes

Una característica común a estos emprendimientos autogestionarios es la estructura de decisiones, en la que la asamblea es el órgano supremo. Otra de las constantes es la igualdad de género. Con un plus: en los tres casos los puestos de mayor responsabilidad están ocupados por mujeres. El igualitarismo alcanza otro aspecto medular: los ingresos. Todos cobran lo mismo, sea cual sea el puesto que ocupen. Ello implica una cierta elasticidad en las funciones, porque ya nadie esquivará un trabajo por mal remunerado o aspirará a otro por bien pagado. En Sasetru, que es el emprendimiento que todavía no está produciendo, tienen proyectado ingreso y duración de la jornada de trabajo: 550 pesos mensuales por 6 horas diarias de labor, para habilitar más empleos.

En resumen, estas cooperativas no sólo han conducido a la recuperación de fábricas abandonadas y de puestos de trabajo sino que, a partir de su forma organizativa (autogestionaria), han permitido el involucramiento de los trabajadores en la forja de su propio destino y el rescate de una cultura de trabajo que se sitúa en las antípodas (opuesto) de los valores pregonados durante la ola neoliberal.

Fuente: http://www.rel-uita.org/old/internacional/autogestion.htm

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