viernes, 26 de junio de 2009

Sensacion de Corrupcion o Corrupcion en Partidos Politicos, programa del 2/06/2009

Información extraída del diario EL UNIVERSAL

Transparencia Internacional (TI) es una organización internacional dedicada a combatir la corrupción política, teniendo como herramienta principal la divulgación de información. Fue fundada en 1993 y tiene su sede en Berlín, Alemania.

Todos los años, la organización Transparencia Internacional elabora el “Barómetro Global de la Corrupción”, una encuesta mundial sobre las opiniones y experiencias relacionadas con la corrupción. La edición 2009 fue realizada por la encuestadora Gallup en 69 países y consultó a 73000 personas.
El informe contiene preguntas relacionadas con la corrupción, como por ejemplo, cuáles son las instituciones percibidas como más corruptas del país, al tiempo que pide calificar las medidas que toma el gobierno contra la corrupción.

EL CASO ARGENTINO

En nuestro país, la encuesta se realizó a nivel nacional entre mil personas, del 20 al 26 de noviembre y reveló que, a los ojos de los encuestados, los partidos políticos son los más corruptos, incluso por encima de la administración pública, el poder legislativo y las empresas del sector privado.
En una escala que va del 1 al 5, donde 1 es para nada corrupto, los argentinos calificaron a los partidos políticos con 4,4; a los Poderes Judicial y Legislativo con 4,2; al sector privado con 3,7 y a los medios con 3,3.
El 38 por ciento de los encuestados cree que son los partidos políticos los más afectados por la corrupción, seguido por los funcionarios con un 27%.
Esta creencia puede usarse, en parte, para explicar el desinterés de la mayoría de la ciudadanía por la política, a la que cree viciada y corrompida.

CREDIBILIDAD DE LOS PARTIDOS POLITICOS (www.revistasfuturos.com.ar)

Desde hace ya algunos años en los sistemas políticos de la mayoría de los países de la región se advierte una opinión ciudadana poco favorable a los partidos políticos, a la política y a los políticos. Con relación a los partidos, una gran parte de las encuestas recogen un valor "poco optimista sobre ellos”. En muchas de ellas aparecen como una de las instituciones del sistema político con más baja valoración, que se manifiesta en algunos países, ya no sólo ocasionalmente, sino en una menor concurrencia ciudadana a las urnas electorales.
En términos generales, se aprecia una disminución en la legitimidad y credibilidad que se les había otorgado a los partidos políticos.
Antes, cuando había una fuerte diferenciación ideológica entre ellos, cada partido representaba un proyecto de nación diferente. Ahora, acusados de una orfandad ideológica que les hace muy parecidos entre sí, actúan más como maquinarias electorales para llegar al poder, y simplemente ejercerlo. De representar cosmovisiones diferentes sobre el Estado y la sociedad, han devenido, en muchos casos, en simples instrumentos para el ejercicio de la gestión pública desde el poder del Estado.
Por otro lado, ha ocurrido también que la función de intermediación entre la sociedad y el Estado, ejercida por los partidos políticos, ha sido cada vez más limitada. La propia consolidación de la democracia con la apertura a una mayor participación, la complejidad de lo económico, lo social y lo político con la globalización, así como la consolidación de grupos sociales y sectoriales emergentes, introduciendo nuevos temas y preocupaciones que no siempre han sido asumidos por los partidos políticos, ha dificultado enormemente la articulación oportuna y eficiente de estos múltiples y frecuentemente contradictorios intereses, para presentarlos en forma de demandas al Estado y a sus diferentes órganos. En esa situación diversas organizaciones han asumido directamente la articulación de intereses y su presentación en forma de demandas al Estado, como es el caso de los asuntos de la mujer y los ecológicos. Ambos tienen vigencia, y han obligado a la formulación de políticas públicas al respecto, más por la acción de las organizaciones de la sociedad civil que por iniciativas de los partidos.

También podemos decir, refiriéndonos a la falta de credibilidad y corrupción en la función pública que esta es una desviación de la conducta de un funcionario público que se aparta de las normas establecidas para ponerse al servicio de importes privados. Corrupto es por tanto el comportamiento ilegal de aquel que ocupa un rol en la estructura estatal. Para ellos utilizan muchas veces como trampolín a un partido político y por supuesto se aprovechan de sus estructuras permisibles y casi desgastadas para llegar a un cargo o para mantener ciertos contactos que deriven en la persecución de actitudes reprochables.

LA SOCIEDAD CIVIL COMO ACTOR POLÍTICO:

La sola presencia de un nuevo actor en un espacio que había sido manejado con exclusividad despierta, cuanto menos, un cierto recelo en aquellos actores que se consideraban con derecho único de ocuparlo. El natural recelo puede pasar a rechazo cuando los actores tradicionales perciben que hay un cuestionamiento sistemático sobre el desempeño de sus funciones y que existe la intencionalidad en el nuevo actor de sustituirlos. Eso es lo que ha pasado con la sociedad civil y los partidos políticos. Disminuidas la credibilidad y la legitimidad de los partidos, la sociedad civil ha tenido oportunidad de posicionarse como un nuevo actor en los asuntos de interés público y político, presentándose como alternativa, o permitiendo que se forme esa percepción, o queriendo disputarle algunas funciones que se entendían exclusivas de los partidos.

Consideramos que la nota diferenciadora entre partidos políticos y sociedad civil hay que buscarla en su relación con el poder político. Los partidos políticos son instituciones que tienen como objetivo fundamental asumir el poder del Estado para gobernar. La sociedad civil, por su parte, está formada por organizaciones que tienen como objetivo fundamental presionar a quienes detentan el poder del Estado para que lo ejerzan conforme a la institucionalidad democrática y las exigencias del bien común.

Dicho en otras palabras, "los partidos políticos tienen vocación de gobernar y la sociedad civil de ser bien gobernada". Si aceptamos esta distinción pudiéramos estar en capacidad de comprender y asumir roles exclusivos y roles complementarios entre los partidos políticos y la sociedad civil.

Como vimos anteriormente, por diferentes circunstancias, los partidos políticos son cuestionados en relación a su credibilidad, legitimidad y desempeño de sus funciones, y el Estado ha visto redefinidas sus funciones y reducida su dimensión y alcances, dando lugar todo ello a una mayor presencia y participación de la sociedad civil en los asuntos de interés público o estrictamente políticos.

¿LA PRENSA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS? (www.miespacio.org)
Dado que los medios de comunicación se han convertido en la principal herramienta de los partidos políticos para influenciar o persuadir el voto de los ciudadanos; estos se han visto obligados a bombardear a las audiencias con propaganda política pagada, que en su mayoría nada tiene que ver con las propuestas de cada partido.
Por otro lado, los partidos políticos han utilizado la influencia de los medios de comunicación para persuadir el voto de la audiencia a su favor, lamentablemente sin tomar en cuenta las necesidades de la gente que realmente cree que sus propuestas le van a cambiar la vida porque “ahora sí son verdaderas”.
Conscientes o no de ello, los ciudadanos se han dejado influir por diversas campañas políticas que han sido difundidas a través de los medios de comunicación. Ya sea por medio de los debates que más bien han sido una especie de ring para que los candidatos saquen las cosas sucias de sus oponentes a la luz, o por medio de spots en radio y anuncios en medios impresos que hacen ver al candidato adversario como el peor delincuente que podría llegar a tener el poder del país en sus manos. Lo anterior ha desatado una guerra sucia entre partidos y ha convertido a los medios de comunicación en su principal arma.
Dejemos de lado un poco la televisión y la radio, y enfoquémonos en la Prensa, principal medio de persuasión ante situaciones políticas, ya que se trata del medio de mayor alcance y al que se puede tener acceso inmediato. La Prensa se ha tenido que prestar a esta farsa entre políticos, ya que muestra día con día encabezados escandalosos de los acontecimientos vergonzosos que se suscitan día con día entre éstos y sus partidos opositores.
Pero no todo ha sido para mal, ya que gracias a la Prensa, muchas veces, nos enteramos de los acontecimientos de manera imparcial, y no se trata de defender a los medios que se dedican simplemente a informar, ya que actualmente son pocos, se trata de hacer una reflexión acerca de la situación que ha ido en crecimiento y que impide a la audiencia tener un criterio propio de los acontecimientos diarios, gracias a que en muchos casos se han dejado llevar por los comentarios ajenos que se han hecho con respecto a los sucesos diarios
“MUESTRA LA CRISIS DE CONFIANZA EN LOS PARTIDOS” NOTA SOBRE LA ENCUESTA DE TRANSPARENCIA INTERNACIONAL

En Argentina existe una fundación apartidaria llamada Poder Ciudadano, que promueve la participación de la ciudadanía y la transparencia en la gestión.
Su presidenta, Delia Ferrero Rubio fue consultada sobre la encuesta por el diario Crítica: “los partidos políticos aparecen como la institución percibida como más corrupta en el país y no debe llamarnos la atención. Esta percepción de corrupción es uno de los factores determinantes de la crisis de confianza en los partidos, de la distancia entre la sociedad y sus dirigentes políticos”.
“La consolidación de la democracia en Argentina, requiere que se reconstruya un sistema de partidos moderno, estable, que dé previsibilidad a la acción de gobierno y credibilidad a la oposición”, agregó Ferreira Rubio.
Para revertir la situación acerca de la opinión de la gente sobre las medidas anticorrupción, afirmó que es necesario comenzar a trabajar en “la no manipulación de las estadísticas oficiales; la transparencia en las contrataciones públicas; la no utilización de los recursos del Estado para fines partidarios, personales o de campaña; la eliminación de la discrecionalidad en la asignación de la pauta publicitaria oficial; la eliminación de los superpoderes; el respeto a la autonomía de los organismos de control y a la independencia del poder judicial”.

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