Espíritu de la nueva Ley:
La Coalición por una Radiodifusión Democrática es un grupo de sindicatos de prensa, universidades, organizaciones sociales, radios comunitarias, pequeñas radios comerciales y organismos de derechos humanos, entre otros que convocada por el Foro Argentino de Radios Comunitarias presentaron 21 puntos básicos para una nueva ley de radiodifusión que remplace a la existente en Argentina instaurada por la última dictadura militar.
La Coalición se conformó en el 2004 convocada por el Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) y presentó entonces los 21 puntos básicos para una Radiodifusión democrática consensuados entre todos los participantes como la base para construir esta nueva Ley. 21 puntos que correspondían a cada uno de los años de democracia que habían pasado entonces.
Puntos principales de esta ley:
Foro argentino de radios comunitarias
*Comunicación como un Derecho Humano:
Hay una idea muy instalada en nuestra sociedad, que dice que la comunicación sirve para hacer plata. Que para hacer comunicación tenés que armar tu propia empresa, hacer una inversión para empezar, comprar los equipos, conseguirte un permiso y ponerte a transmitir. Y sobre todo, conseguir una buena cantidad de anunciantes que pongan plata en el medio en forma de publicidad, a cambio de ofrecerle una buena cantidad de ojos y oídos que estén pendientes del medio. No importa si estás vos solo, o si es un grupo, o qué.
Sin duda los grandes protagonistas de la comunicación entendida como un negocio son los grandes grupos concentrados de la comunicación: los multimedios. Los “pulpos” que lograron adueñarse de frecuencias de radio, canales de tv y medios de prensa a partir de tener el capital necesario para hacerlo. O sea, la ley del más fuerte. Nadie les pregunto si a través de ese medio iban a fortalecer la democracia, proponer debate públicos sobre los temas importantes del país (pobreza, salud, educación, por ejemplo), si tenían la responsabilidad de informar verazmente, o simplemente tenían la capacidad económica para gestionar ese medio.
Como son derechos la educación, la salud, la vivienda, entre otros, la comunicación es un derecho. Poder comunicarnos es un derecho que nada ni nadie nos puede impedir. Este derecho se ve cuestionado por muchos motivos. Sino podemos tener una licencia por ser una organización sin fines de lucro, nos están cercenando (cortando) un derecho. Si no podemos ver una película o un partido de fútbol porque no tenemos plata, también. Si algunos pueden tener 20 licencias y otros ninguna, ni hablar.
Interpretando a la comunicación como un derecho humano y no como un negocio, nuestros oyentes y televidentes, serán considerados como ciudadanos, y no como meros consumidores. La tele, la radio, los medios comerciales en general, ocupan gran parte de su programación con publicidad, que es su principal fuente de ingresos. Esta dependencia de los anunciantes hace que los intereses del medio se parezcan mucho –demasiado- a los intereses de sus anunciantes. De esta manera, pierden independencia para pensar y opinar.
*Espectro radioeléctrico como bien público
Si la comunicación es un derecho humano, entonces el espectro radioeléctrico es un bien público.
Sin embargo, existe una idea muy difundida en nuestro sentido común que dice que las frecuencias tienen dueño. Que una vez que se concede una licencia, ésta pertenece de por vida a su adjudicatario, que para colmo hasta ahora estaba limitada solamente a cierto tipo de prestadores. Sin embargo, existe una gran responsabilidad en la concesión de una licencia. Hay compromisos y responsabilidades que asumir. Al socilitar una licencia para usar una frecuencia se debe ofrecer un plan de servicio; la programación que se pretende emitir. Hay un compromiso de producción de contenidos, de la forma de usar esa frecuencia, con el Estado que administra el recurso y principalmente con las Audiencias.
Las frecuencias no son bienes que pueden comercializarse. No son un tiempo de un dueño, y cuando éste decide dejar de hacer uso de esa frecuencia puede venderla en el mercado a quien más le convenga. Esto pasaba muy a menudo, consolidando un modelo de comunicación basado en el negocio. Ahora ya no se puede.
Por eso es importante que exista un Registro abierto y público de licencias, de modo tal que conozcamos nombre y apellido de los licenciatarios de las frecuencias, su origen, y el tipo de sociedad, organización o empresa de que se trate. Y, muy importante, cuál es el proyecto de comunicación que ese medio pretende llevar adelante.
*A ocupar el 33%. ¿Quiénes pueden ser prestadores de servicios de comunicación audiovisual?
La nueva Ley establece tres tipos de prestadores:
COMERCIALES, son los individuos particulares o empresas, las entidades privadas; PÚBLICOS, se refiere a los distintos estados municipales, provinciales y nacionales. Bajo esta orbita están también las Universidades nacionales y los pueblos originarios; SIN FINES DE LUCRO, son los medios gestionados por asociaciones civiles, fundaciones, cooperativas, sindicatos, etc.
La nueva ley da visibilidad y reconoce otras formas populares de hacer comunicación. Es muy favorable para las organizaciones sociales que ejercen la comunicación como un derecho, ya que reserva un 33% del espectro radiofónico para este tipo de medios. Una de cada tres radios y uno de cada tres canales de TV deberán ser de organizaciones sociales o entidades sin fines de lucro. Es el hecho más importante de la nueva Ley, que hace justicia con cientos de proyectos que desde hace dos décadas vienen peleando por su legalización. Es un gran desafío pensar en qué manera las organizaciones populares podrán ocupar con buenas propuestas este nuevo espacio que se genera.
El hecho de definir tres tipos de prestadores a través de la ley, abre un escenario con mayores condiciones para que la comunicación pueda ejercerse con pluralismo. Cuando hablamos de pluralismo, nos referimos a la posibilidad que distintas voces, distintas miradas, de los más variados sectores sociales, tengan un espacio para decir, opinar, debatir, en definitiva, participar en igualdad de condiciones en el diálogo democrático.
Podemos pensar cuántas veces organizaciones de los barrios más pobres, grupos sociales considerados marginales y excluidos, se vieron sin la posibilidad alguna de dar a conocer sus necesidades, logros, proyectos o conflictos en los medios de comunicación. La reserva del 33% permite una apertura muy importante para que estos sectores, históricamente excluidos, puedan ser sujetos de comunicación.
*Monopolios
Según los expertos en sistemas de comunicación, en la región latinoamericana 4 grupos manejan en promedio el 80% de los medios de comunicación. ¿Qué quiere decir esto? Que el relato de lo que pasa todos los días en nuestro país y nuestro mundo, eso que llamamos “noticias”, se efectúa desde el mismo punto de vista. Que la opinión sobre esos hechos, su valoración, también. Que las formas de entretenernos, divertirnos, que aparecen sobre todo en la televisión, las piensan las mismas cabezas. Incluso las telenovelas, los programas de ficción, surgen de muy pocos creadores, y las historias que vemos y con las cuales nos emocionamos (salvo honrosas excepciones), se producen en un país y se venden “enlatadas” a toda la región.
Formas de concentración:
Concentración de la propiedad: unas pocas empresas manejan muchos medios.
Concentración de la pauta publicitaria: la publicidad es direccionada a unos pocos grandes medios que manejan “la torta”, y funcionan como voceros de sus anunciantes.
Concentración geográfica: la mayoría de los medios con mayor alcance están en Buenos Aires, y desde allí manejan repetidoras en el resto del país, desfavoreciendo a los medios de otras regiones.
Concentración tecnológica: unas pocas empresas controlan las nuevas tecnologías, y a través de ellas también producen contenidos. Al mismo tiempo sobre un mismo soporte se brindan varios servicios (triple play, telefonía, cable e Internet)
Durante el gobierno del ex-presidente Carlos Menem se modificó el artículo que limitaba a 4 la cantidad de licencias de un mismo propietario. Multiplicó por 6 esa cantidad, permitiendo que un mismo dueño llegara a tener 24. Esto posibilitó el despegue de los oligopolios que hoy tiene la Argentina, como el grupo Clarín, el grupo Vila-Manzano. También permitió la concentración horizontal, es decir, que un propietario de un tipo de medio como un diario, pueda adquirir un canal de televisión o una radio
La nueva plantea unas pautas bien claras en contra del proceso de concentración
• Establece un límite de 10 licencias de radio y/o TV como máximo por prestador;
• Impide llegar a más del 35% de la audiencia nacional;
• Dentro de la misma localidad, no se puede tener más de una licencia de radio AM; más de dos licencias de radio FM; una licencia de TV abierta (siempre que no tenga otra de cable, y viceversa). No podrá un mismo dueño tener más de 3 licencias de cualquier tipo.
*Músico, cineastas, actores… manos a la obra
Si en la radio que escuchamos en casa, en el trabajo, en el colectivo, en el tren, no pasan música de las bandas locales, independientes, ¿Dónde van a hacerse escuchar las más de 7000 canciones que anualmente se graban en nuestro país? Es sabido que las grandes empresas discográficas tienen una gran influencia en las radios comerciales, y poniendo plata en ellas publicitan a sus grupos como productos de mercado, instalando canciones y discos que a base de repetición constante y de rankings, la audiencia considera como la música “que hay que escuchar”.
La nueva ley establece un 30% de música nacional en radio, de la cual la mitad tiene que ser música independiente (es decir, aquella en que el interprete es dueño de los derechos de distribución). Con esto favorece la difusión de grupos argentinos, que de otra manera quizás no sería conocidos más que por sus familias o amigos.
*Trabajo hecho por trabajadores, ¿sino por quién?
La concentración de medios que se afianzó en la década de los noventa dejó a muchos trabajadores en la calle, ya que muchos medios dejaron de tener producción propia para comprar “enlatados” producidos por otros, y de esta manera abaratar costos. Esto generó que se achicaran los puestos de trabajo, y en no pocos casos que un mismo periodista tuviera que cubrir varios roles. A causa de la “concentración horizontal”, la misma información se procesa para la prensa grafica, para el medio radial y para la televisión
En este caso la ley favorece:
• En las radios privadas, un 70% tiene que ser de producción propia y en TV el 60%
• En el caso de los medios públicos, la producción propia es mayor, tiene que producir como mínimo el 60%. Y además tiene la obligación de producir programas culturales, educativos y de bien público, en una proporción del 20% de la programación.
*La tele también
A partir de la nueva ley se establece una “cuota de pantalla” de cine nacional. Esto quiere decir que no solamente tendremos la posibilidad de ver las películas que se producen en Hollywood, sino que tendremos más opciones para elegir. No es que no habrá mas cine extranjero, sino que los canales tanto de aire como de cable deberán transmitir 6 estrenos de películas nacionales por año.
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